martes, 24 de marzo de 2015

LOS MUERTOS DE LA FÓRMULA 1

La primera vez que vi una carrera de Fórmula 1 fue el G.P. Portugal de 1984 donde Niki Lauda y Alain Prost se jugaban el Mundial. Desde entonces la seguí año tras año, a pesar de que algunos años no se televisó en España.

De las muchas carreras que recuerdo, la que más me impactó fue el Gran Premio de San Marino de 1994, disputado en el circuito de Ímola. Vi como Ayrton Senna, (tricampeón del Mundo), estrellaba su Williams contra un muro de protección a 320 km/h tras salirse en la curva de Tamburello por la rotura de la barra de dirección de su monoplaza. Falleció horas después a causa del fuerte traumatismo craneal producido en el choque. El día anterior también había fallecido el piloto austriaco Roland Ratzenberger en la segunda sesión de entrenamientos, tras chocar casi frontalmente a 315 km/h contra la barrera de protección. Esa fue la última carrera de Fórmula 1 con víctimas mortales y, también, la muerte más mediática de la Fórmula 1.

El primer piloto que murió en un Gran Premio de Fórmula 1 fue el estadounidense Carl Scarborough. Lo hizo por hipertermia en la disputa de las 500 millas de Indianápolis de 1953, que  estuvieron incluidas en el campeonato de Fórmula 1 desde 1950 hasta 1960. Dos semanas antes, su compatriota Chet Miller había fallecido tras un accidente en las sesiones prácticas. Seis pilotos más fallecerían durante las seis ediciones siguientes de este Gran Premio, entre ellos Bill Vukovich en 1955, en un choque en cadena cuando lideraba la carrera que había ganado las dos ediciones anteriores, justo cuatro días después de la desaparición del italiano Alberto Ascari, (bicampeón del mundo), que estrelló un Ferrari que estaba probando en el circuito italiano de Monza. Un año antes, el piloto argentino Onofre Marimón falleció en el acto tras accidentarse con su Maserati en el circuito de Nurburgring durante los entrenamientos del G.P. de Alemania.

El 6 de Julio de 1958, el italiano Luigi Musso murió tras accidentarse con un Ferrari en el G.P. de Francia. Un mes después lo hacía su compañero de equipo, el británico Peter Collins, tras un accidente en el G.P. de Alemania. Ambos iban terceros en el Mundial cuando murieron. Y en el último G.P. de esa temporada disputado en Casablanca (Marruecos), el británico Stuart Lewis-Evans sufrió graves quemaduras al arder su bólido en el arcén después de que se hubiera retirado de la carrera por problemas mecánicos. Falleció una semana después como consecuencia de dichas quemaduras.

Dos años después, el 19 de Junio de 1960, en el Gran Premio de Bélgica disputado en el circuito de Spa-Francorchamps, dos pilotos británicos Chris Bristow y Alan Stacey fallecieron en sendos accidentes ocurridos en las vueltas 19 y 24 respectivamente en la curva de Burnenville.

Al año siguiente, el 10 de septiembre de 1961, se produjo el accidente más grave de la historia de la Fórmula 1. El alemán Wolfgang Von Trips partía con la “pole-position” e iba líder del Mundial. Si subía al pódium del G.P. de Italia se proclamaba campeón del mundo a falta de una carrera. En la segunda vuelta el escocés Jim Clark tocó con su Lotus al Ferrari del alemán, que fue a chocar con una tribuna del circuito de Monza, en la que además de él, fallecieron 15 espectadores. Parece ser que a Wolfgang Von Trips el destino le deparaba lo inevitable, puesto que el mismo día de su muerte iba a coger un avión rumbo a Estados Unidos, (para preparar el último G.P.), que se estrelló sobre Escocia. Acabó siendo subcampeón del mundo a título póstumo tras su compañero de equipo el estadounidense Phil Hill.

En 1964, el holandés Carel Godin de Beaufort falleció como consecuencia del accidente sufrido en los entrenamientos del G.P. Alemania. Dos años después, nuevamente el circuito alemán de Nurburgring fue escenario de un accidente mortal, pues el británico John Taylor chocó en la primera vuelta contra el Matra del belga Jacky Ickx, incendiándose su Brabham. Falleció cuatro semanas después como consecuencia de las quemaduras. También a consecuencia de las quemaduras sufridas tras sufrir un accidente, el italiano  Lorenzo Bandini con Ferrari en 1967 y el francés Jo Schlesser con Honda en 1968 perdieron la vida tras estrellar sus coches en Mónaco y Rouen (Francia) respectivamente, mientras que en 1970, el británico Piers Courage corrió el mismo destino después de que su coche explotara tras chocar al salirse de la pista del circuito holandés de Zandvoort.

El 5 de Septiembre de 1970 el líder del Mundial, el austriaco Jochen Rindt estrelló contra un muro su Lotus en las pruebas previas a la disputa en Monza del Gran Premio de Italia. Fue el primer campeón del mundo a título póstumo, ya que en las cuatro carreras restantes nadie logró superarle. Había ganado cinco carreras en ese año.

El 29 de Julio de 1973, el británico Roger Williamson murió asfixiado después de que el coche se incendiara tras un accidente en el G.P. de Holanda. Poco más de dos meses después fue el francés François Cevert quien falleció debido al accidente en las rondas de clasificación del G.P. de Estados Unidos, (último del Mundial), cuando luchaba por conseguir la "pole" en una carrera en la que se jugaba el subcampeonato del Mundo. Al año siguiente fueron el estadounidense Peter Revson en Kyalami (Sudáfrica) y el austriaco Helmut Koinigg en Nueva York (Estados Unidos) quienes fallecieron tras estrellarse contra las protecciones de la pista. Otro estadounidense, Mark Donohue, fallecería en 1975 como consecuencia de las heridas sufridas en un choque en el G.P. de Austria.

En 1976, el líder del Mundial y vigente campeón del Mundo, el austriaco Niki Lauda, estuvo a punto de morir, (incluso recibió la extremaunción), a consecuencia de las quemaduras producidas al incendiarse su coche en el Gran Premio de Alemania tras sufrir un accidente que le dejaron secuelas físicas de por vida. Dicho accidente le privó de ganar su segundo título mundial, que ganó al año siguiente. Un año después, el galés Tom Pryce falleció en la pista sudafricana de Kyalami cuando le golpeó el extintor de un bombero, al que atropelló y mató en la recta principal del circuito, que se disponía a socorrer a su compañero de equipo, el italiano Renzo Zorzi cuyo monoplaza humeaba.

El 11 de Septiembre de 1978, el sueco Ronnie Peterson murió 24 horas después de sufrir un grave accidente en una caótica salida en una pista de Monza durante el G.P. de Italia, en la que había ganado en tres ocasiones. Fue subcampeón mundial a título póstumo.

El 8 de Mayo de 1982, el canadiense Gilles Villeneuve falleció en el acto durante la jornada de clasificación al colisionar con otro coche y salir despedido tras estrellarse contra un muro del circuito de Zolder (Bélgica). Un mes después, falleció el italiano Riccardo Paletti al estrellarse contra el Ferrari del francés Didier Pironi, que se había quedado parado en la salida del G.P. de Bélgica. Curiosamente, el propio Didier Pironi tuvo, esa misma temporada, un gravísimo accidente en los entrenos del G.P. de Alemania que le privó de ganar un título mundial que tenía casi en el bolsillo y le apartó de las pistas durante cuatro años. Murió en 1987 a causa de un accidente en una carrera motonáutica. Un año antes, el italiano Elio de Angelis que había disputado más de cien carreras en Fórmula 1, murió en un accidente durante una sesión de test, en el circuito de Paul Ricard, (Francia), mientras probaba su Brabham.

La última carrera con víctimas mortales fue la del ya comentado Gran Premio de San Marino de 1994, disputado en el circuito de Ímola, aunque Ayrton Senna no fue el último piloto de Fórmula 1 muerto, ya que el pasado 11 de Octubre de 2013 fallecía María de Villota a consecuencia de las secuelas sufridas tras estrellar su Marussia en unos entrenamientos del equipo en Julio de 2012.

Sin duda, la muerte de Ayrton Senna sirvió para mejorar la seguridad de la Fórmula 1. Entonces, la FIA estableció un grupo de expertos para analizar sistemática y científicamente cómo hacer que la F1 fuera más segura. Las pruebas de choque se volvieron más estrictas y se redujo la velocidad. Se reglamentaron los cascos, se mejoraron las barreras de contención y los circuitos (con cambios en algunos circuitos antiguos y desfasados y más escapatorias en las pistas) y se modificó el diseño de los monoplazas. Unos cambios que, sin duda, han servido para no tener que ver más muertos en pista, a pesar de los últimos accidentes vividos por Felipe Massa o Robert Kubica.

martes, 10 de marzo de 2015

LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA

En mi última visita al precioso pueblo de Maderuelo (Segovia), que dista unos 30 kilómetros de Aranda, me encontré con un cartel a la entrada que decía que Maderuelo era uno de “los pueblos más bonitos de España”. Ese mismo cartel me lo encontré posteriormente en Ayllón (Segovia) y este último verano en Lastres (Asturias) y me hizo recordar que ya en Francia me habían hablado de esta iniciativa y que lo vi en Sare, una pequeña localidad francesa próxima a Ascain y a la frontera española. Me pareció estupendo importar esta idea como medio de promoción de ciertas localidades dignas de ser visitadas por optar por una idea de urbanismo acorde a sus raíces y por la conservación de sus estructuras más antiguas.
 
La idea de los pueblos más bonitos de determinados países o regiones surgió en Francia en 1982 y cuenta actualmente con 157 miembros adheridos, siendo adoptada posteriormente en otros lugares. En la región belga de Valonia se creó en 1994 y cuenta actualmente con 24 miembros adheridos, en la región canadiense de Quebec se creó en 1998, (37 miembros adheridos), en Italia en 2001, (217 miembros adheridos), en Japón en 2005, (49 miembros adheridos), y en Rumanía en 2010, (50 miembros adheridos). Actualmente está en desarrollo esa misma idea en Alemania, España y Polonia.

“Los pueblos más bonitos de España” se creó como asociación en 2011 para “promocionar, difundir, fomentar y preservar el patrimonio cultural, natural y rural en áreas geográficas con menor nivel de industrialización y población”. Las condiciones que ha de reunir una población para adherirse a esta asociación son tener una población inferior a 15.000 habitantes, un patrimonio arquitectónico o natural certificado, superar una auditoría de calidad urbanística y arquitectónica, (la cual contempla análisis del estado de conservación, belleza, circulación de coches en casco urbano o facilidades turísticas que ofrece la localidad, entre otras), y llevar a cabo una política de valores, desarrollo, promoción y cuidado de su patrimonio. Además, en poblaciones mayores de 5.000 habitantes la asociación sólo contempla tener un casco histórico en perfectas condiciones.

La presentación de esta asociación se realizó en Enero de 2013, con 14 miembros adheridos, siendo Peníscola (Castellón) el pueblo precursor junto con Medinaceli (Soria), Valverde de los Arroyos (Guadalajara), Morella (Castellón), Pampaneira (Granada), Mojácar y Lucainena de las Torres (Almería), Ayllón y Maderuelo (Segovia) y Valderrobres, Albarracín, Rubielos de Mora, Puertomingalvo y Calaceite (Teruel). En Julio de 2013 se adhirió Santillana del Mar (Cantabria), en Enero de 2014 lo hicieron Frías (Burgos), Pedraza (Segovia), Urueña (Valladolid), Mogarraz y La Alberca (Salamanca), Vejer de la Frontera (Cádiz), Lastres (Asturias), Cantavieja (Teruel) y Alcalá del Júcar (Albacete), y en Enero de 2015 acaban de incorporarse Anento (Zaragoza), Aínsa, Ansó y Alquézar (Huesca), Tejeda (Gran Canaria), Almagro (Ciudad Real), Bárcena Mayor (Cantabria), Guadalest (Alicante), Vilafamés (Castellón), Candelario (Salamanca) y Frigiliana (Málaga), siendo 35 los miembros actuales de esta asociación.

Bien es cierto que aunque no pertenezcan aún a esta asociación, España es un país con numerosas localidades dignas de ser visitadas por cumplir con todas o gran parte de las condiciones impuestas por esta asociación y que a buen seguro se irán incorporando en años venideros. De las que conozco por haber visitado citaría Cangas de Onís, Llanes y Ribadesella (Asturias), Valldemosa, Deià y Sóller (Baleares), Caleruega, Covarrubias y Santo Domingo de Silos (Burgos), Potes, Suances, Comillas y San Vicente de la Barquera (Cantabria), Sallent de Gállego (Huesca), Trujillo (Cáceres), Vielha (Lérida), Santo Domingo de La Calzada (La Rioja), Chinchón y Patones de Arriba (Madrid), Ciudad Rodrigo (Salamanca), Garachico (Tenerife), Calatañazor y El Burgo de Osma (Soria), Oropesa (Toledo), Tordesillas (Valladolid), Mundaka (Vizcaya) o Toro (Zamora). Evidentemente hay muchas otras, pero ponerse a citar todas las localidades de las que tengo referencias de ser lugares dignos de ser visitados y que a buen seguro también cumplen con las condiciones necesarias para ser miembro futuro de la asociación haría muy extenso este texto. Lo que sí que es seguro es que ciudades preciosas como Altea (Alicante), Alcudia (Baleares), Arcos de la Frontera (Cádiz), Priego (Córdoba), Hondarribia y Zarauz (Guipúzcoa), Baeza y Úbeda (Jaén), Ronda (Málaga), Caravaca de la Cruz (Murcia), Carmona (Sevilla) y La Orotava (Tenerife) nunca formarán parte de esta asociación por no ser pueblos, (en España se considera ciudad al núcleo de población superior a 10.000 habitantes), y exceder de los 15.000 habitantes.

Por cierto, el pasado 8 de julio de 2012 se creó en Gordes (Francia) la Federación internacional de las Asociaciones de los Pueblos más Bonitos. Esta federación tiene el nombre de “Los Pueblos más Bonitos de la Tierra” (Les plus beaux villages de la Terre) y está integrada por las asociaciones de Francia, Italia, Valonia, Quebec y Japón. Está previsto en sus estatutos que las nuevas asociaciones nacionales se integren en la federación automáticamente después de cinco años de funcionamiento, por lo que los que ahora son “los pueblos más bonitos de España” acabarán siendo “los pueblos más bonitos de la Tierra”. Una excelente iniciativa para fomentar a aquellas localidades que han cuidado su arquitectura y entorno y han promovido las políticas adecuadas para que ir a visitarlos sea todo un aliciente y una motivación.

Deseoso estoy de poder visitar los pueblos que forman parte de esta asociación y que aún no he visitado, que son cerca de la mitad, para poder disfrutar de su belleza y de su historia. Sin duda, un buen plan para realizar alguna que otra escapada de fin de semana. Al fin y al cabo, y aunque en este caso me refiera a localidades, “los pueblos que olvidan su historia son pueblos sin futuro, pues están condenados sin remisión a repetirla”. (Marco Tulio Cicerón, siglo I a.C., uno de los más grandes autores de la historia romana).