lunes, 18 de diciembre de 2017

LA CONQUISTA DEL EVEREST

La película “Everest”, dirigida por el islandés Baltasar Kormákur, narra la tragedia ocurrida en el monte Everest el 10 de Mayo de 1996 en la que ocho alpinistas fallecieron en el trayecto de descenso debido a una fuerte tormenta (tres de ellos miembros de la policía fronteriza indo-tibetana que ascendieron por la cara norte y que no aparecen en la película). Está basada en las diferentes versiones que han sido publicadas entre 1997 y 2015, pues hasta siete libros han sido publicados contando la versión de otros tantos alpinistas pertenecientes a las expediciones al Everest que fueron afectados por aquella tormenta, destacando el bestseller “Mal de altura” del periodista estadounidense Jon Krakauer, que se enroló en la expedición que perdió a cuatro de sus miembros en el descenso y cuya presencia allí tenía por objetivo escribir acerca de la cada vez mayor presencia de expediciones comerciales en el Everest.

Hasta entonces, la mayor tragedia la había sufrido la primera expedición que se realizó para escalar el Everest, cuando el 7 de Junio de 1922 una avalancha sepultó a siete porteadores indo-británicos en el Collado Norte. Igualmente, otras dos avalanchas se habían llevado la vida de seis personas. El 5 de Abril de 1970 una expedición japonesa perdió a seis sherpas en la Cascada de Hielo (situada entre el Campo Base y el Campo 1) y el 9 de Septiembre 1974 una expedición francesa perdió a su jefe de expedición y a cinco sherpas mientras hacían noche cuando ascendían la Cresta Oeste.

Posteriormente a esta tragedia de 1996, han sucedido las más graves, pues el 18 de Abril de 2014 una avalancha sepultó a 16 sherpas en la Cascada de Hielo y el 25 de Abril de 2015, otra avalancha originada por el terremoto que asoló Nepal arrasó el campamento del Campo Base provocando 19 muertos, a los que habría que sumar otros tres más al día siguiente por una nueva avalancha durante las tareas de rescate y de acondicionamiento de las vías de evacuación.

El monte Everest tiene una altitud de 8.848 metros, lo que le convierte en la cima del mundo. Se denomina así desde 1865 y su nombre es un homenaje a su descubridor George Everest, quien fue responsable general de la topografía de la India desde 1830 hasta 1843. También es conocido como Sagarmatha (la frente del cielo) en Nepal o Chomolungma (madre del Universo) en Tíbet (China), pues la cumbre hace de frontera entre ambos países.

La primera expedición para ascender el Everest se realizó en 1922 por un equipo británico liderado por Charles Bruce y se saldó con tres intentos infructuosos y siete bajas. El año anterior ya se había realizado una expedición de exploración a cargo de George Mallory y Guy Bullock, que llegó hasta el Collado Norte (situado a algo más de 7000 metros de altura). Dos años después, en 1924, una nueva expedición británica volvió a intentarlo. En el segundo intento, el líder de la expedición, Edward Norton, llegó hasta el Gran Corredor (a 8570 m de altitud) lo que suponía un récord mundial y en el tercer intento, George Mallory y Andrew Irvine no regresaron. Su compañero Noel Odell dijo haberlos avistado cerca de la cima pero nunca más se supo de ellos.

Tras distintos intentos que cada vez se quedaban más cerca de la cumbre, el 29 de Mayo de 1953, el neozelandés Edmund Hillary y el sherpa nepalí Tenzing Norgay, que formaban parte de la novena expedición británica al Everest, culminaron la primera ascensión exitosa.

Desde entonces hasta hoy (incluyendo los datos publicados de 2017) ha habido unos 8.250 encumbramientos realizados por parte de algo más de 4.800 personas distintas. De esos más de ocho mil encumbramientos, los sherpas Apa Sherpa, Tashi Purba y Kami Rita Sherpa son quienes más veces encumbraron (21) y el estadounidense Dave Hahn es el escalador no sherpa que más veces alcanzó la cima (15). Unos 300 encumbramientos han sido realizados por mujeres, siendo la japonesa Junko Tabei la primera en hacer cumbre en 1975 y la sherpa Lhakpa Sherpa quien más veces hizo cumbre (ocho). Algo más de 200 encumbramientos fueron realizados sin usar oxígeno suplementario siendo el italiano Reinhold Messner y el austriaco Peter Habler los primeros en lograrlo en 1978. Y sólo 15 encumbramientos se han realizado en invierno o con condiciones meteorológicas invernales, siendo los polacos Krzysztof Wielicki y Leszek Cichy los primeros en conseguirlo en 1980.

Por el contrario, entre 1921 y 2017 han muerto en el intento 297 personas (117 de ellos eran sherpas), debido principalmente a avalanchas, caídas, congelación o mal de altura. Éste último se debe a la existencia de un 66% menos de oxígeno en la cima del Everest que a nivel del mar por lo que puede provocar edemas cerebrales y pulmonares e infartos cerebrales y cardiacos en personas mal adaptadas a la altura. Además, las condiciones del Everest son tan severas que resulta casi imposible evacuar gran parte de los cadáveres, por lo que la gran mayoría permanecen en la montaña, siendo muchos de ellos visibles desde las vías de ascenso habituales.

En Enero la temperatura media en la cumbre es de -36ºC aunque puede llegar a bajar hasta -60ºC por la noche. Además, en invierno los vientos soplan a más de 200 km/h, pudiendo llegar a los 350 km/h. Por el contrario, en Julio la temperatura media sube hasta -20ºC con vientos más suaves, aunque con abundantes precipitaciones en forma de nieve debido a la llegada de los Monzones. Es por ello que la temporada de escalada se limita a una pequeña ventana de tiempo en primavera, cuando los vientos no son tan fuertes, la temperatura es algo más suave y la presencia de nieve no es tan abundante; y otra en otoño, más arriesgada porque hay una mayor cantidad de nieve.

Para poder subir al Everest hay que pagar un permiso de escalada. El coste por persona en Nepal es de 11.000 $ más otros gastos en gestiones y obligaciones, mientras que en Tíbet (China) es de 9.950 $ si se forma parte de un equipo de cuatro o más personas o 19.500 $ si el equipo es inferior (otros gastos aparte). En definitiva, subir al Everest supone un desembolso nunca inferior a 30.000 $ incluyendo todos los gastos, pudiendo llegar fácilmente a 60.000 $.

Aunque existen un total de 18 rutas de escalada oficiales, hay dos rutas principales, la nordestal (desde el Tíbet) y la suroriental o estándar (desde Nepal) que es la más popular, y es la utilizada en más del 60% de los intentos. Aunque esta ruta estándar no plantea retos técnicos en escalada considerables, atraviesa la Cascada de Hielo de Khumbu, lugar en donde han perdido la vida 45 personas por avalanchas, caídas en grietas o aplastamientos por desprendimientos de bloques de hielo.

Por norma general, se suelen emplear unos siete días desde el campamento base hasta la cumbre y se puede necesitar unos cinco días para bajar de nuevo al campamento base. El de la Ruta Norte (Tíbet) está situado a 5.180 metros de altitud y el de la Ruta Sur (Nepal) a 5.380. A esa altura, cada persona puede quemar más de 10.000 calorías diarias, número que puede duplicarse durante el ascenso a la cumbre, por lo que durante el tiempo que dura una expedición, cada miembro suele perder entre 5 y 10 kg de peso.

El 1 de mayo de 1999 fue encontrado el cuerpo de George Mallory a 8.150 metros de altitud, fallecido en 1924. En función de las heridas detectadas en su cuerpo momificado se pudo saber que murió por los golpes recibidos en una caída que se produciría por un resbalón cuando iba atado a su compañero Andrew Irvine durante el descenso. No se encontró ni la cámara de fotos que llevaban, ni la foto de su mujer que Mallory iba a dejar en la cumbre, por lo que no se puede saber si hicieron cumbre o no. Según el documental de “La conquista del Everest: El sueño más salvaje” de National Geographic, protagonizado por el montañero Conrad Anker y el escalador Leo Houlding en donde recrean la ruta que siguieron Mallory e Irvine usando en algunos tramos un equipo de idénticas características a las que ellos usaron, es posible que hicieran cumbre y el documental insinúa que pudieron haberlo hecho, a pesar de la enorme dificultad que supone el “Segundo Escalón” y de una opinión mayoritariamente contraria a que lo lograran por parte de expertos en montañismo. Por lo tanto, sigue la incertidumbre de si fueron los primeros en hacer cumbre en el Everest. Habrá que esperar a que aparezca el cuerpo de Irvine para ver si la cámara de fotos permanece junto a él y saber si lo lograron o no, pues de momento, sólo ellos lo supieron y con ellos se fue la respuesta al dilema.

sábado, 18 de noviembre de 2017

EL ESPECTRO DE RADIOFRECUENCIA

En la anterior entrada hablaba acerca de la historia de la radio y de cómo James Clerk Maxwell con la formulación de la teoría clásica de la radiación electromagnética y Heinrich Rudolf Hertz con la demostración de ésta y el consecuente descubrimiento de la emisión, propagación y recepción de las ondas electromagnéticas, abrieron el camino, a la posibilidad de emitir y recibir señales de radio, que son las ondas electromagnéticas de mayor longitud de onda y, por lo tanto, de menor frecuencia.

Las señales de radio se incluyen dentro de la denominada radiofrecuencia que abarca todas las ondas electromagnéticas de longitud de onda superior a 1mm (frecuencia inferior a 300 GHz), aquellas que se pueden generar aplicando corriente alterna a una antena, cuyo tamaño determinará la frecuencia de las ondas electromagnéticas generadas.

Las bandas de radio frecuencia según la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones) son:

Nombre de frecuencia
Acrónimo
UIT
Frecuencias
Longitud de onda
Frecuencia Extra Baja
ELF
1
< 30Hz
> 10.000km
Frecuencia Súper Baja
SLF
2
30Hz-300Hz
10.000km-1.000km
Frecuencia Ultra Baja
ULF
3
300Hz-3kHz
1.000km-100km
Frecuencia Muy Baja
VLF
4
3kHz-30kHz
100km-10km
Frecuencia Baja
LF
5
30kHz-300kHz
10km-1km
Frecuencia Media
MF
6
300kHz-3MHz
1km-100m
Frecuencia Alta
HF
9
3MHz-30MHz
100m-10m
Frecuencia Muy Alta
VHF
11
30MHz-300MHz
10m-1m
Frecuencia Ultra Alta
UHF
10
300MHz-3GHz
1m-100mm
Frecuencia Súper Alta
SHF
11
3GHz-30GHz
100mm-10mm
Frecuencia Extra Alta
EHF
11
30GHz-300 GHz
10mm-1mm

Las frecuencias de longitud de onda inferior a 30 kHz tienen una longitud de onda superior a 10 km por lo que se necesitaría de antenas enormes para poder emitir (de más de 500 metros de altura) por lo que son frecuencias escasamente utilizadas, así ELF es la frecuencia a la que se trasmiten las ondas cerebrales, SLF es utilizada para comunicación con submarinos sumergidos (utilizando líneas de transmisión eléctrica de decenas de kilómetros a modo de antena), ULF es empleada en comunicaciones mineras y VLF es utilizada para aplicaciones geofísicas y de radionavegación (sónar).

La frecuencia baja (LF) u onda larga (LW) se utiliza en navegación y para radioseñales. El rango 148-284 kHz se utilizó en radiodifusión local, aunque ahora apenas se utiliza más que para señales de sincronización horaria, pues se necesitan antenas de más de 100 metros de altura.

La frecuencia media (MF) u onda media (MW) se utiliza para radiodifusión local (rango 535-1700 kHz), radio marítima y determinación de rumbos.

La frecuencia alta (HF) u onda corta (SW) se utiliza para radiodifusión internacional (rango 2,31-25,82 MHz), comunicaciones de aviación, estaciones de tiempo del gobierno, estaciones meteorológicas, radioaficionados y servicios de banda ciudadana, entre otros usos. Se utilizan con reflexiones en la ionosfera para alcanzar mayores distancias.

La frecuencia muy alta (VHF) se utiliza para transmisiones de televisión (canales del 2 al 13 en el rango 50-80 MHz), radiodifusión en FM (rango 76-108 MHz), banda aeronáutica (rango 108-136,975 MHz), satélites meteorológicos (137 MHz), banda 2m de radioaficionados (rango 144-148 MHz), servicio de radio marítimo internacional (rango 156-162 MHz) y radio digital terrestre (174-240 MHz) y servicios de bomberos, ambulancias, radio-taxis, ferrocarril, etc. (rango 240-300 MHz). En VHF ya no se utiliza la ionosfera, (puesto que las cargas eléctricas en la atmósfera superior no son capaces de bloquear y hacer rebotar ondas electromagnéticas con longitud de onda inferior a 20m) sino la transmisión-recepción directa.

La frecuencia ultra alta (UHF) incluye el rango bajo de las microondas y se utiliza para mandos a distancia, teléfonos inalámbricos y control remoto (rango 430-440 MHz), transmisiones de televisión analógica y TDT (rango 470-862 MHz), chips de identificación RFID (rango 860-960 MHz), telefonía móvil digital GSM (rango 824-1990 MHz), telefonía 4G (1452-1492 MHz), radares (1,60 GHz), redes locales para envíos de datos como Wi-Fi o Bluetooth (rango 2,40-2,50 GHz) y hornos microondas (2,45 GHz). Esta frecuencia, la que usan los hornos microondas, es la más próxima a la que las moléculas de agua entran en resonancia, motivo por el que el agua se calienta, por este motivo las microondas con frecuencias superiores a 2,45 GHz se utilizan para comunicaciones vía satélite (SHF), radares de diversa utilidad (SHF y EHF) y exploración espacial o radioastronomía (EHF).

Estas frecuencias son las reservadas para los usos especificados según la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones), organismo especializado en telecomunicaciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) encargado de regular las telecomunicaciones a nivel internacional entre las distintas administraciones y las empresas operadoras. Los rangos de frecuencia no incluidos pueden ser legislados a nivel nacional para diversas actividades de distintos organismos.

Por encima de 300 GHz de frecuencia la absorción de radiación electromagnética por la atmósfera terrestre es tan alta que ésta se vuelve opaca a cualquier onda electromagnética por lo que no se puede utilizar para comunicaciones. Sólo en las ventanas atmosféricas del infrarrojo y del espectro visible, (que se encuentran entre 7,5 y 800 THz) la atmósfera vuelve a ser transparente para las ondas electromagnéticas, debido a que el vapor de agua y el dióxido de carbono para las frecuencias más bajas y el ozono y el oxígeno para las más altas no son capaces de bloquear su paso.

En definitiva, que la magia de un simple receptor de radio es la misma que se emplea en todas las comunicaciones inalámbricas humanas, sólo cambia la metodología a usar para enviar y recibir las ondas electromagnéticas de mayor o menor tamaño.

viernes, 20 de octubre de 2017

LA HISTORIA DE LA RADIO

El invento que más me fascinaba de niño era la radio y me siguió fascinando hasta que me enteré de que su funcionamiento era muy similar al del resto de telecomunicaciones que existen en la Tierra, así como al de la televisión, aunque el hecho de enviar sonido o imagen mediante ondas electromagnéticas desde un lugar a otro donde se reciben y se “devuelven” a su estado original, no deja de ser un proceso de encriptado y desencriptado con cierto halo mágico.

Precisamente, uno de los regalos que más y mejor he amortizado fue un transistor de bolsillo que sólo recibía onda media o AM (amplitude modulation). En ese transistor oía los partidos de las competiciones europeas de la época ya que, por aquel entonces, en televisión se hacía un escaso seguimiento de los partidos europeos y se solía limitar a emitir los resúmenes de los partidos a unas horas intempestivas para un chaval de E.G.B. También me servía para escuchar los partidos de liga los domingos que no jugaba la Gimnástica Arandina en casa. Recuerdo pasar bastantes domingos de invierno con Marcos oyendo el fútbol por cualquier rincón del barrio, buscando el sitio donde mejor se oyera. La magia de la radio me acompañó durante mucho tiempo.

Hasta que unos años después me encontré a mi primo Jose por el barrio con un transistor pegado a la oreja. Iba oyendo la música que mi prima Mariluz estaba poniendo en casa y que presentaba de una manera bastante profesional para tratarse de una emisión pirata. Lo que mi primo Jose estaba haciendo era comprobar el alcance que tenía la emisora de radio de 1W de potencia que se había fabricado en casa. Cuando me explicó cómo funcionaba la radio y cuando poco después me enteré de que la televisión utiliza la misma “magia” que la radio, la fascinación por aquel invento se diluyó considerablemente.

Lo que yo consideraba la “magia” de la radio no es más que la emisión y recepción de ondas electromagnéticas, concretamente las emitidas a frecuencias inferiores a 300 GHz, es decir, las que tienen una longitud de onda superior a un milímetro, que son las que se corresponden con la radiofrecuencia. Precisamente, la base teórica de la propagación de ondas electromagnéticas fue descrita por el científico británico James Clerk Maxwell en 1865 con la publicación de “Una teoría dinámica del campo electromagnético” en la que proponía que los campos eléctricos y los campos magnéticos se propagan por el espacio en forma de ondas, y que la luz es también una onda en el mismo medio, siendo la causa de los fenómenos eléctricos y magnéticos. A partir de esta premisa formuló la teoría clásica de la radiación electromagnética, que unificaba, por primera vez la electricidad, el magnetismo y la luz como manifestaciones distintas de un mismo fenómeno, y que actualmente está considerada como la segunda gran unificación de la física, tras la Mecánica clásica realizada por Isaac Newton. Estos descubrimientos fueron claves para entrar en la era de la física moderna, sentando los cimientos de campos como la relatividad especial o la mecánica cuántica, por lo Maxwell está considerado como el tercer físico más importante de la historia, tras Newton y Einstein.

Sin embargo, hubo que esperar un par de décadas, concretamente hasta 1888, para que la teoría de Maxwell fuese demostrada, cuando éste ya había fallecido. Fue el físico alemán Heinrich Rudolf Hertz el primero que lo hizo, descubriendo además que las ondas electromagnéticas se propagan a la velocidad de la luz y que tienen las mismas características físicas que las ondas de luz, sentando así las bases para el envío de señales de radio. Como homenaje a Hertz por este descubrimiento, la unidad de frecuencia es el hercio (Hertz) y las ondas electromagnéticas se denominan ondas hercianas.

Una vez sentadas las bases para el envío de ondas electromagnéticas comenzó una vertiginosa carrera para el desarrollo de las comunicaciones inalámbricas mediante radiofrecuencia. Así en 1890 el físico francés Edouard Branly inventa un aparato que recibe las señales de la telegrafía sin utilizar hilos. En 1893, el ingeniero estadounidense de origen austrohúngaro Nikola Tesla (nació en lo que sería la actual Croacia aunque su familia era de origen serbio) hizo su primera demostración en público de una transmisión de energía electromagnética sin cables, lo que fue la construcción del primer radiotransmisor, patentándolo en 1897. En 1896, el ingeniero ruso Alexander Popov inventa la primera antena radioeléctrica y construye el primer receptor de ondas electromagnéticas. Y en 1899, el ingeniero italiano Guglielmo Marconi logró realizar su primera transmisión de radio, registrando su patente en 1900. Esta patente le fue aceptada en Gran Bretaña, no así en Estados Unidos donde inicialmente le fue rechazada por ser considerada una copia de la patente de Nikola Tesla, algo que sería rectificado en 1904, otorgándosele a Marconi la patente en Estados Unidos como inventor de la radio, a pesar de que países como Francia o Rusia se la habían rechazado por su similitud con las publicaciones de Alexander Popov.

Aunque todos ellos realizaron sus descubrimientos de forma independiente, en un principio fue Guglielmo Marconi la persona a la que se le atribuyó el invento de la radio, incluso recibió el premio Nobel de Física de 1909 junto al físico alemán Carl Ferdinand Braun en reconocimiento a sus contribuciones en el desarrollo de la telegrafía inalámbrica. Fue a raíz de la concesión de este galardón cuando Nikola Tesla decide iniciar una demanda contra la compañía de Marconi por la violación de sus patentes. Esto provocó un largo juicio que finalizó en 1943, unos meses después de la muerte del último de los protagonistas, Nikola Tesla, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos, tras recibir el testimonio de numerosos científicos destacados, dictaminó otorgar a Nikola Tesla todos los derechos de la invención de la radio, como resolución a la demanda de plagio de sus patentes. Este veredicto no tuvo la suficiente difusión motivo por el cual el descubrimiento aún hoy es atribuido a Marconi. La resolución no se dictó, al parecer, sólo por el hecho de hacer justicia, sino también por cierto interés comercial, ya que en aquel momento la armada de Estados Unidos estaba en litigio con la compañía Marconi por el uso de las patentes de radio durante la I Guerra Mundial.

Aunque la radio como tal no tenga un inventor único, sino que hubo un numeroso grupo de personas que contribuyeron a ello, sí que está más claro quién fue la primera persona que envió audio a través de ondas electromagnéticas. Fue el ingeniero canadiense Reginald A. Fessenden quien lo realizó un 23 de diciembre de 1900, para convertirse, seis años más tarde, en la primera persona en hacer una transmisión de radio pública. Lo hizo en AM, puesto que la FM (frecuencia modulada) no apareció hasta 1933.

Posteriormente apareció la televisión en 1948, basada en la misma magia en forma de ondas electromagnéticas, y con ella se llegó a pensar que sería el fin de la radio. Afortunadamente no fue así y la magia de la radio ha continuado y continuará, aunque como en toda magia, haya truco.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

EL CAMPEÓN DE EUROPA

De niño, tenía la idea de que el que ganaba la Copa de Europa había sido el mejor equipo de Europa ese año y que ciertos equipos que habían logrado ganarla durante varios años consecutivos, habían sido equipos invencibles. Por ese motivo, tenía mitificados a equipos a los que no llegué a ver, como el Real Madrid de Di Stéfano, el Ajax de Cruyff y el Bayern de Beckenbauer, por ganar dicha competición varios años de manera consecutiva, (cinco el Real Madrid, tres el Ajax y el Bayern). Sin embargo, después de ver partidos de esas épocas y de analizar esos años con profundidad, resulta que no fueron equipos tan invencibles como parecían haber sido, pues el Real Madrid de Di Stéfano sólo ganó dos de las cinco ligas en las que fue campeón de Europa y el Bayern de Beckenbauer sólo ganó una de las tres ligas. El Ajax no ganó la liga de 1971 a pesar de que la liga holandesa prácticamente es una competición de tres, pero es que el Feyenoord de principios de los 70 era un equipo muy potente que fue campeón en 1970.

Hasta 1998, la Copa de Europa (ahora Liga de Campeones) a pesar de ser el torneo más prestigioso de Europa y del mundo, sólo permitía la participación de un equipo por país (el campeón de liga de la temporada anterior) lo que no garantizaba que fueran los mejores equipos de la temporada en curso. Cuando terminaba la competición, quien la ganaba recibía el título de campeón de Europa, pero no siempre se daba el caso de que quien ganaba era el mejor equipo de Europa en ese año, sino más bien los casos en los que ha ocurrido eso han sido pocos. Sólo 29 de los 62 campeones fueron capaces de ganar su liga nacional el año que ganaron la Copa de Europa, lo que supone el 46,77% y eso que ha habido hasta 12 campeones provenientes de ligas menores o menos competidas, donde el número de aspirantes al título de liga se reduce a poco más de tres equipos, como sucede en las ligas holandesa, portuguesa, escocesa, rumana o yugoslava. Además, esta estadística se ha visto mejorada notablemente durante los últimos años, (desde que es Liga de Campeones) pues llegó a ser de escasamente el 33% en los años 80. Ser el mejor de Europa sin ser el mejor de tu país ya es un principio de controversia importante.

Todo esto se debe, tal y como he comentado, a que los equipos que competían cada año eran los campeones nacionales del año anterior, por lo que la mayoría de las ediciones de la Copa de la UEFA contaba con un cartel de equipos en liza mucho más potente que la Copa de Europa. Por este motivo, en la mayoría de las ediciones el mejor equipo del año no solía hacerse con la Copa de Europa. Además, al tratarse de una competición corta, mediante eliminatoria directa por sorteo puro sin cabezas de serie, el azar jugaba una baza muy importante en la resolución de los campeonatos. Por todo ello, se han plantado en la final o en las semifinales muchos equipos con un nivel mucho más bajo de lo que exigiría una competición de esta categoría y algunos de los campeones no lograron ni siquiera quedar entre los cinco mejores equipos de su país en el año que fueron campeones de Europa, como sucedió con el Bayern en 1975 que acabó 10º, el Aston Villa en 1982 que acabó 11º, y la Juventus en 1985 y el Chelsea en 2012 que acabaron sextos.

La Copa de Europa de clubes fue creada en 1955 por la UEFA, a partir de una propuesta del diario francés L’Équipe, que pretendía crear una competición a nivel europeo para poder designar de una manera oficial al mejor club de Europa. En esos momentos se diputaban dos competiciones a nivel europeo, la Copa Latina (desde 1949) y la Copa Mitropa (desde 1911 pero de manera discontinuada). La Copa Latina enfrentaba en una final a cuatro a partido único a los campeones de las ligas española, portuguesa, francesa e italiana, jugándose en la misma temporada en la que los equipos se habían proclamado campeones de liga y poco después de que dichas ligas finalizaran, por lo que al campeón de dicha competición sí que se le podía considerar como el mejor equipo latino del año, de no ser por la salvedad de que se jugaba a partido único (semifinales y final) y uno de los cuatro equipos participantes era el anfitrión por lo que partía con ventaja. La Copa Mitropa era disputada por equipos de diferentes ligas de Europa Central (Austria, Checoslovaquia, Hungría, Italia, Yugoslavia, Rumanía…), siendo muy prestigiosa hasta el comienzo de la II Guerra Mundial.

La propuesta del diario L’Équipe surgió como respuesta a los ecos de un partido disputado en Inglaterra el 13 de Diciembre de 1953 entre el Wolverhampton Wanderers (por aquel entonces líder la liga inglesa) y el Honved de Budapest, que estaba integrado por la práctica totalidad de la selección húngara que era la máxima favorita para llevarse el Mundial de Suiza 54 y que acababa de humillar a la selección inglesa, a la que había vencido 3-6 en Wembley y 7-1 en Budapest. Aquel partido disputado en el estadio Molineux de Wolverhampton acabó con victoria local por 3-2 y sirvió para resarcir el honor inglés y para que la prensa inglesa proclamara al Wolverhampton Wanderers como mejor equipo del Mundo.

Como se quería saber quién era el mejor equipo de Europa, se ideó una competición corta en la que participasen todos los campeones nacionales mediante el método de eliminatoria directa por sorteo puro. Sin embargo, en la primera edición sólo participaron los 16 equipos que la UEFA invitó en reconocimiento por su implicación para organizar este torneo, habiendo sólo ocho campeones nacionales. No participaron ninguno de los dos equipos que disputaron el partido que provocaron su creación. La asociación de fútbol inglesa (FA) no permitió la participación de ningún equipo inglés, por lo que ni Chelsea (campeón) ni Wolverhampton (subcampeón) pudieron participar. Por su parte el Honved de Budapest tampoco lo hizo, a pesar de ganar la liga húngara, ya que el representante húngaro invitado por la UEFA fue el Voros Lobogo (actual MTK Budapest). Así, la final de la primera edición de la Copa de Europa enfrentó a Real Madrid y Stade de Reims, siendo una reedición de la final de la Copa Latina del año anterior.

La Copa de Europa suele ser una competición corta a eliminatoria directa, por lo que se dan paradojas de que muchos campeones tengan unas estadísticas muy pobres y otros equipos con estadísticas más brillantes se quedan en el camino. Pasa también con el Mundial de Selecciones, donde no se pretende conocer quién es el mejor equipo de todos, sino que se pretende realizar un torneo de alto nivel donde participen los mejores (que en caso de la Copa de Europa son los mejores del año anterior). Precisamente, esos campeonatos cortos, a eliminatoria directa y a partido único, han provocado que selecciones que marcaron una época como Hungría en 1954, Holanda en 1974 y 1978 (que perdió ambas finales frente a los anfitriones) y Brasil en 1982 no se hayan podido proclamar campeones aun siendo equipos notablemente superiores al resto. En estas competiciones, nunca se ha pretendido saber quién es el mejor equipo sino que se ha pretendido crear un torneo corto entre los mejores a eliminatoria directa. Si se hubiese querido saber quién es el mejor de Europa, (o del Mundo en el caso de selecciones nacionales) se hubiera creado un formato de liga, pero eso ya va en contra de los intereses de las propias federaciones que forman la UEFA.

En la Copa Europa, al igual que en los citados mundiales, se han dado paradojas muy significativas con equipos que han ganado la Copa de Europa en la misma temporada en la que han acabado su liga doméstica a una distancia enorme del campeón. Así, en 1956 el Real Madrid acabó a 10 puntos del Athletic de Bilbao, en 1975 el Bayern quedó 10º a 16 puntos del Borussia Monchengladbach y en 1980 el Nottingham Forest acabó a 12 puntos del Liverpool. Con la instauración de los tres puntos por victoria, en 1982 el Aston Villa quedó 11º en la liga inglesa a 30 puntos del Liverpool, en 1989 el Milán acabó a 12 puntos del Inter, en 1998 el Real Madrid acabó a 11 puntos del Barça, en 2003 el Milán acabó a 11 puntos de la Juventus a la que venció en la final en la tanda de penaltis, en 2005 el Liverpool acabó a 37 puntos del Chelsea, en 2007 el Milán acabó a 26 puntos del Inter y en 2012 el Chelsea acabó a 25 puntos del Mánchester City. En el caso de haber existido una liga europea, el palmarés habría cambiado notablemente y se parecería más bien poco al palmarés de la Copa de Europa. Además, equipos como el Honved de Budapest, el Atlético Madrid, la Fiorentina, el Borussia Monchengladbach o el Everton, que nunca triunfaron en la máxima competición europea, podrían haberse proclamado campeones en alguna de sus ediciones. Algo que dudosamente hubieran conseguido otros equipos que sí lograron proclamarse campeones alguna vez como Steaua de Bucarest, Oporto, PSV Eindhoven o Estrella Roja de Belgrado.

Sin duda, una liga europea hubiera resuelto ese dilema de saber quién es el mejor o quiénes son los mejores equipos del año, aunque una competición corta a eliminatoria directa es más espectacular y hace que equipos menos fuertes tengan más posibilidades de ganar. Con la creación de la Liga de Campeones y la progresiva concentración de poder económico en un número cada vez más reducido de equipos, se está provocando que las ligas domésticas sean más desiguales y pierdan interés. No promover la creación de una liga europea es una pérdida de oportunidad que cada vez tiene menor sentido, más aún con la desigualdad reinante en las primeras fases del torneo más importante del mundo, que es la Liga de Campeones.

miércoles, 16 de agosto de 2017

LOS VOCABLOS HETEROSEMÁNTICOS

Estuve saliendo con Elisa unos dos años y medio. Italiana, de Trieste, llevaba viviendo en España seis años aproximadamente cuando la conocí por lo que hablaba español perfectamente. Aun así, durante los primeros meses que estuvimos juntos, en ocasiones jugábamos a hablar en italiano. Digo jugar, porque yo me inventaba buena parte de lo que decía mientras ponía acento italiano, aunque Elisa decía que hablaba como si fuera un mafioso.

Antes de que fuéramos juntos por primera vez a Trieste, pasamos unos días en Conil de la Frontera (Cádiz). Allí me estudié durante una mañanita nociones básicas de italiano a partir de un curso que me descargué, como la conjugación de los verbos, los plurales, las palabras más habituales... Eso, unido a lo comprensible que es el italiano, lo similar que es con respecto al castellano, las veces que habíamos jugado a hablar en italiano y mi falta de vergüenza para comunicarme en una lengua no propia, me parecía suficiente para poder afrontar con cierta independencia mi primera visita. En Conil, también tuve un pequeño percance con una ola que rompió justo delante de mí cuando iba tumbado en una colchoneta, lo que me provocó un latigazo cervical.

Debido a este percance, una de las primeras cosas que hicimos nada más llegar a Trieste fue ir a ver a Stefano, un amigo de la hermana de Elisa que era fisioterapeuta, ya que las contracturas musculares causadas por el latigazo cervical me impedían dormir bien a causa del dolor. Tras la presentación y una pequeña charla amistosa que tuvo con Elisa, se puso manos a la obra y lo hizo diciéndome en español “bájate las bragas”. Elisa comenzó a reírse enérgicamente y yo le solté un chascarrillo pues me imaginaba que había una similitud entre ciertas palabras que había generado la confusión. Y es que en italiano braghe (plural de braga) significa pantalones.

Tras salir de la consulta de Stefano, nos fuimos a cenar y tras ver la carta yo, en una interpretación muy “sui géneris” del italiano, pedí antipasti, porque no quería pasta. Elisa se moría de la risa, a la vez que me nombró enemigo oficial de la pasta. Antipasti es lo que nosotros llamamos “entrantes”. Llevaba media tarde en Trieste y ya me había encontrado con dos “falsos amigos” que es como se llama coloquialmente a los vocablos heterosemánticos, que son palabras o expresiones de otro idioma que pueden ser entendidas incorrectamente por ser muy similares a otras de la propia lengua.

No fueron los únicos malentendidos, pues fueron cuatros los viajes que realicé a Trieste durante esos más de dos años. El siguiente viaje lo hice en Navidades. Elisa se fue unos días antes para pasar la Nochebuena en familia y yo me marché unos días después para coincidir en Añonuevo. Recuerdo que llegué bastante acatarrado y una de las primeras cosas que dije estando allí es que estaba constipato. Nuevamente Elisa, entre risas, me aclaró que debía decir que estaba raffreddato (resfriado) porque constipato significa “estreñido”.

En esa misma estancia, mientras nos preparábamos para ir a cenar con Micaela, Ingrid y sus respectivas parejas e hijas, oí como Elisa le decía a su madre que habíamos quedado y estaba imbarazzata. Al percibir que yo había escuchado el comentario, rápidamente Elisa me aclaró que lo que le había dicho a su madre es que estaba apurada y que no estaba in cinta que es como se dice estar embarazada en italiano.

Hubo más casos de “falsos amigos” que me encontré en las distintas conversaciones que mantuve en italiano, puesto que el italiano, debido a su similitud con el español, es junto al portugués el idioma en el que más vocablos heterosemánticos se pueden encontrar con respecto al español. Los que más confusión pueden generar son abitazione (vivienda), accostarsi (arrimarse), aceto (vinagri), asilo (guardería), burro (mantequilla), caldo (caliente), caro (querido), gamba (pierna), guardare (mirar), largo (ancho), mansione (tarea), mirare (apuntar), pasto (comida), primo (primero), salire (subir), stanco (cansado), subire (sufrir), tovaglia (mantel), topo (ratón) y vicino (cerca).

En portugués también hay muchos, aunque los he sufrido mucho menos ya que cuando he estado en Portugal o Brasil no he intentado hablar portugués. Aun así, en mis estancias en el Algarve, Lisboa, Vila-Real y Río de Janeiro me he encontrado con alguno que otro. Del que más me acuerdo es de una noche que fuimos a cenar a un sitio donde la comida era espantosa (maravillosa). Afortunadamente, me lo tradujeron a tiempo de que decidiera ir a otro sitio. Otros falsos amigos que recuerdo del portugués son anedota (chiste), apagar (borrar), apaixonado (enamorado), azar (mala suerte), brincar (bromear), costas (espalda), embaraçada (avergonzada), esquisito (raro), fechar (cerrar), latido (seta), ligar (telefonear), obrigado (gracias), pegar (coger), polvo (pulpo), presunto (jamón), propina (soborno), seta (flecha), sobremesa (postre), tirar (quitar) y vaso (florero).

En francés no me he encontrado con estos problemas en mis distintas estancias en países francófonos debido a que ya lo llevaba aprendido, pero cuando estudié francés, los vocablos heterosemánticos que más confusión me pudieron crear son depuis (desde), entendre (oír), habitation (vivienda), large (ancho), ombre (sombra), placer (poner), pourtant (sin embargo), quitter (dejar), rester (quedarse), sol (suelo), tête (cabeza) y voler (robar).

Por lo general con el resto de idiomas que provienen del latín, el número de falsos amigos puede ser también bastante numeroso, debido a tener una raíz común, algo que, curiosamente, también pasa con el inglés, que aunque es una lengua sajona, ha adquirido un gran número de vocablos del latín (más de 5000) debido a la invasión por parte de los normandos en el siglo XI. En inglés, los vocablos heterosemánticos que más confusión me han causado son actually (en realidad), advice (consejo), apology (disculpa), approve (estar de acuerdo), argument (discusión), arm (brazo), avocado (aguacate), balloon (globo), billion (mil millones), bizarre (extraño), carpet (alfombra), cartoon (dibujos animados), cocoa (cacao), college (facultad universitaria), commodity (materia prima), contest (concurso), date (fecha), deception (engaño), embarrassed (avergonzado), estate (propiedad), estimate (presupuesto), eventually (finalmente), excite (emocionar), exit (salida), facilities (instalaciones), file (archivo), gracious (amable), grocery (tienda de comestibles), injury (herida), intoxicated (ebrio), large (grande), library (biblioteca), luxury (lujo), misery (tristeza), notice (anuncio), parade (desfile), parents (padres), pie (pastel), place (lugar), policy (política), politic (diplomático), preservative (conservante), presume (suponer), prize (premio), quit (abandonar), quote (presupuesto), rape (violar), realize (darse cuenta), rest (descansar), resume (reanudar), rope (cuerda), salted (salado), sanity (cordura), sensitive (sensible), several (varios), silicon (silicio), sin (pecado), soap (jabón), spectacles (gafas), suburb (barrio rico periférico), success (éxito), sympathy (comprensión), target (objetivo), topic (tema) y vicious (feroz).

En el resto de idiomas, este fenómeno sucede de casualidad o debido a la adopción de vocablos provenientes del latín o del griego en idiomas de origen sajón o eslavo. Así, en alemán, en mis estancias en Lübeck, Hamburgo y Berlín, me he encontrado con cuatro vocablos que me han podido causar confusión: alt (antiguo), gymasium (instituto), pute (pavo) y tempo (velocidad). Cabe destacar como anécdota, que cuando estuve trabajando en Lübeck, al volver al hotel pasábamos por Putenstrasse. Sabía que strasse era calle y puten era algo que estaba en plural, hasta que me acudí a un diccionario para saber que era la calle de los pavos.

Otra curiosidad que me he encontrado de vocablos heterosemánticos fue en mi segunda estancia en China. Uno de mis compañeros era Paco, una persona muy extrovertida que era capaz de entablar conversación con cualquiera, a pesar de estar en China. Cuando sus contertulios locales le preguntaban por su nombre, solía sacarles una carcajada, ya que en chino el sonido “Paco” se correspondía con el nombre de un pájaro, uno que debía piar mucho, por las carcajadas.

miércoles, 19 de julio de 2017

LA DESTILACIÓN ALCOHÓLICA

En la entrada anterior hablaba del proceso de la fermentación alcohólica y de las bebidas alcohólicas que bebemos obtenidas a partir de la fermentación, cuyo contenido alcohólico no supera los 20º. Para poder obtener bebidas alcohólicas con una graduación superior, hay que destilar estas bebidas, u otras bebidas similares a éstas originarias de la misma materia prima. Así, mediante destilación de bebidas alcohólicas obtenidas por fermentación de un sustrato orgánico rico en azúcares, se logra separar el alcohol etílico del resto del contenido, obteniendo aguardiente, aprovechando el hecho de que el agua, componente mayoritario de estos fermentados alcohólicos, hierve a 100ºC mientras que el alcohol lo hace a 78ºC.

La clasificación más lógica de los aguardientes tendría que ser la que los distinguiese por el origen de la materia prima, por lo que se clasificarían en aguardientes de frutas, de orujo (u hollejos de fruta), de cereales, de caña de azúcar, de agave, de arroz… Aunque hay otra clasificación que los divide en aguardientes simples (aquellos a los que no se le añade ningún sabor que no sea propio del aguardiente), y compuestos (reciben una significativa adición de sabores provenientes de sustancias no alcohólicas, como hierbas o semillas). Sin embargo, en la práctica, no hay una clasificación como tal, sino que hay ciertos aguardientes (los más conocidos y consumidos) que son conocidos por su nombre específico, sin hacer alusión a la materia prima de la que proviene, lo que implica estar sometido a una normativa de fabricación, mientras que el resto es conocido como aguardiente indicando la materia prima de la que proviene.

Hay que matizar que un licor es una bebida alcohólica obtenida a partir de un aguardiente que ha sido endulzado y que tiene sabor a frutas, hierbas, especias o crema.

Los aguardientes más significativos a nivel mundial son:

Whisky: Es un aguardiente obtenido de la destilación de una especie de cerveza generada a partir de malta de cebada u otros cereales como trigo, centeno o maíz, y su posterior envejecimiento en barriles de madera de roble. Su nombre deriva del gaélico y originariamente significaba “agua de vida”. Los más conocidos a nivel mundial son el whisky escocés, que es de cereales (malta, grano o mezcla) a partir de una doble o triple destilación y un envejecimiento mínimo de 3 años en barricas de roble que hayan envejecido bourbon con anterioridad; el whiskey irlandés, que sólo puede ser de cebada (malta, grano o mezcla) a partir de una triple destilación y con un envejecimiento mínimo de 7 años en barricas de roble que hayan envejecido vino de Jerez con anterioridad; y el whiskey estadounidense, (también conocido como bourbon) que ha de ser elaborado con un contenido de maíz superior al 51 % (si supera el 80% se le denomina whiskey de maíz) y envejecido en barriles nuevos de roble carbonizados.

Cabe destacar que uno de los whiskies más consumidos en el mundo es el whisky indio, aunque más del 90% del whisky indio se obtiene por destilación de melazas fermentadas, por lo que es considerado una especie de ron fuera de India. Descartando los whiskies indios, por lo anteriormente comentado, los whiskies más vendidos serían Johnnie Walker, Jack Daniel’s, Jim Bean y Ballantine’s.

Ron: Es un aguardiente obtenido de la fermentación y posterior destilación del jugo de caña de azúcar o de melazas y jarabes procedentes de la elaboración del azúcar. Puede ser joven o añejo y el tiempo de envejecimiento dependerá del país de producción, realizándose en barricas de roble que hayan envejecido bourbon o brandy con anterioridad. Se distinguen tres grandes tipos de ron a nivel mundial, los de origen hispano, británico y francés, en función del origen colonial del país de fabricación, puesto que la gran mayoría del ron elaborado en el mundo procede de Centroamérica.

La cachaza es un tipo de ron que se elabora en Brasil. Se diferencia en que se obtiene a partir de la fermentación de la cachaza, un subproducto de la elaboración del azúcar anterior a la cristalización de éste, mientras que las melazas se obtienen después de la cristalización.

Brandy: Es un aguardiente obtenido a partir de la destilación del vino y envejecido en barricas de roble que hayan envejecido vino o bourbon con anterioridad. Su nombre proviene del neerlandés “brandewijn” que significa vino quemado o vino de quema, puesto que el vino que se destinaba a la destilación era el que no estaba en condiciones para el consumo. La destilación del vino surgió en la Edad Media como método de conservación durante su transporte para luego volver a añadirle agua poco antes de su consumo. Pero se descubrió que almacenándolo en barriles de madera se mejoraba considerablemente el producto final, por lo que se popularizó. En la actualidad, las denominaciones de origen más famosas de mundo son Coñac, Armañac y Jerez.

El pisco es un aguardiente de uvas que se elabora en Perú y Chile y que se suele incluir dentro de la categoría del brandy, aunque no se suele envejecer en madera.

Vodka: Es el aguardiente más básico puesto que independientemente de las materias primas utilizadas, no es más que alcohol neutro y agua sin nada más que provenga de sus ingredientes originales, por lo que es insípido y suele ser sometido a varias destilaciones. Se produce generalmente a través de la fermentación en agua de harinas obtenidas de sustratos orgánicos ricos en almidón como el trigo, el centeno, la patata o incluso melazas. Su nombre proviene del eslavo y significa “agüita”.

El soju coreano es un aguardiente de arroz o cereales muy parecido al vodka, aunque se le suele añadir azúcar para endulzarlo un poco.

Mezcal: Es un aguardiente obtenido a partir de la fermentación y destilado del mezcal, que es como se denomina al jugo obtenido de la cocción del agave o maguey, pudiendo posteriormente ser envejecido en barricas de roble o encina. El mezcal más conocido en el mundo es el tequila, que es una denominación de origen del estado mexicano de Jalisco y alrededores y que sólo utiliza como materia prima el agave azul o tequilano.

Ginebra: Es un aguardiente complejo obtenido a partir de la redestilación de alcohol neutro, o aguardiente de grano (cebada normalmente), aromatizado con bayas de enebro (nebrinas) y alguna otra hierba.

Anís: Es un aguardiente complejo (en el caso de anís destilado) o un licor (en el caso de aguardiente anisado) dependiendo del proceso de elaboración, obtenido a partir de mezclar alcohol neutro, con aceite esencial de anís y azúcar. Hay muchas variedades de anís y de bebidas anisadas, siendo las más conocidas el pastís francés, (que se elabora mezclando anís y regaliz con alcohol neutro que ha sido macerado con hierbas y flores), la absenta (que se elabora mezclando ajenjo, anís e hinojo con alcohol neutro que ha sido macerado con hierbas y flores), el raki turco (que se elabora al anisar un aguardiente de frutas, uvas o higos principalmente), el arak (anís destilado del Mediterráneo Oriental) o el pacharán (que se elabora mediante maceración de endrinas en anís). En España, tanto la cazalla como el chinchón son anises destilados con denominaciones de origen.

Estos son los aguardientes más conocidos a nivel mundial. El resto de aguardientes son denominados como “aguardiente de…” en función de la materia prima de la que se origina. Aun así hay ciertos aguardientes que tienen una denominación concreta en determinadas zonas geográficas, como el shochu, que es un aguardiente de arroz que se hace en Japón; la grappa, que es un aguardiente de orujo de uva que se hace en Italia; la rakia, que es un aguardiente de frutas (ciruela, melocotón, pera, albaricoque, manzana, higo o membrillo) que se hace en los Balcanes y que se suele mezclar con miel, cerezas amargas, nueces o hierbas aromáticas; o el arrack, que es un aguardiente que se elabora en el sudeste asiático y que utiliza las más diversas materias primas para su realización.

Por cierto, no hay que confundir los aguardientes con los licores. Un aguardiente de hierbas sería aquel aguardiente obtenido de la fermentación y posterior destilado de distintos tipos de hierbas, mientras que un licor de hierbas es la bebida obtenida a partir de aderezar o macerar hierbas en un aguardiente o en alcohol, que es lo que se suele vender.

martes, 20 de junio de 2017

LA FERMENTACIÓN ALCOHÓLICA

En mis estancias por motivos laborales en China probé en varias ocasiones lo que los chinos denominaban vino y que nosotros, los españoles que estábamos allí trabajando, llamábamos vino chino o vino de arroz, para no crear confusión, ya que por su sabor parecía tratarse de un licor dulce que no provenía de la uva.

Ese problema surgía debido a las limitaciones del idioma chino. Resulta que en chino, vino se transcribe como “jiu” (), y se pronuncia “yio” (pronunciando la “y” de forma aspirada, parecido a como lo hacen los argentinos), aunque realmente ese vocablo significa licor. Si a eso se le unía el que, por entonces, el vino estaba comenzando a comercializarse en China y no era fácil encontrarlo en los restaurantes, lo normal es que acabáramos bebiendo bebidas fermentadas basadas en arroz o en mijo a lo que los chinos llamaban vino.

Y es que en los países en los cuales el clima dificulta o imposibilita el cultivo de la vid o no tienen tradición vitivinícola, se denomina vino a cualquier bebida fermentada semejante o que tenga una preparación parecida a la del vino obtenido de la vid. Incluso la RAE, define al vino, en su segunda acepción, como el zumo de otras plantas o frutos que se cuece y fermenta al modo del de las uvas. Sin embargo, en los países de producción vitivinícola (la Unión Europea, por ejemplo) está prohibido utilizar comercialmente el término vino para cualquier jugo fermentado que no se haya obtenido a partir del fruto de la vid.

Las bebidas alcohólicas fermentadas se obtienen a partir de la transformación en alcohol etílico de los azúcares que contienen determinadas frutas o cereales, así como otros productos orgánicos ricos en azúcares. Cuando se obtienen a partir de frutas, como es el caso del vino, este proceso de fermentación que se lleva a cabo a través de la acción de la levadura es relativamente simple, puesto que la levadura suele estar presente en la propia piel del fruto por lo que la fermentación es espontánea bajo determinadas condiciones. Pero cuando se obtienen a partir de cereales o de cualquier otro producto orgánico rico en almidón, como es el caso de la cerveza, el proceso de fermentación es algo más complejo, ya que la levadura no puede fermentar directamente una macromolécula tan compleja como el almidón, que está compuesta por decenas o cientos de miles de moléculas de glucosa, y se necesitará un “cocinado” previo del mosto obtenido antes de añadir la levaduras. Independientemente de esto, en la fermentación alcohólica, gracias a la intervención de la levadura, la glucosa (C6H12O6) se transforma en alcohol etílico (C2H6O) y dióxido de carbono (CO2). Mediante estos procesos de fermentación a través de levadura, se obtienen bebidas con un contenido máximo de alcohol equivalente a la tolerancia máxima de los microorganismos que conforman la levadura, es decir, entre 12 y 17 grados, dependiendo del tipo de levadura.

Dentro de las bebidas alcohólicas obtenidas a partir de la fermentación de los jugos de las frutas, los más conocidos son el vino y la sidra, que se obtienen a partir de la uva y de la manzana. Sin embargo, también se comercializan vinos de higo, granada, cereza, plátano, ciruela… o sidra de pera (también llamada perada por razones comerciales), aunque ninguna de estas bebidas puede denominarse comercialmente vino o sidra. Y es que de cualquier fruta se puede obtener una bebida alcohólica a partir de la fermentación de su jugo, puesto que todas ellas tienen un determinado contenido de azúcares que puede ser fermentado. Las frutas más aptas para ello serían el dátil (63% de contenido de azúcares), el higo (16%), la uva (15%), la granada y el mango (14%), la chirimoya y la cereza (13%), el plátano (12%), la mandarina y la fruta de la pasión (11%), la manzana, la ciruela, la piña y la pera (10%). Sin embargo también se obtienen fermentados de otras frutas que tienen un contenido de azúcares inferior como la naranja, el albaricoque y el kiwi (9%), el níspero, el melocotón y el melón (8%), el pomelo (7%), la grosella, el coco y la sandía (6%), la zarzamora, la fresa, la zanahoria y la frambuesa (5%), el arándano (4%), la calabaza y el tomate (3%)... El proceso, dependiendo de la fruta de la que se quiera obtener el producto fermentado será diferente, con la necesidad de la adición o no de levadura para que el proceso de fermentación se lleve a cabo (o para acelerarlo) y con la adición o no de azúcares, en función de la graduación que se quiera obtener, pero todas se basan en los mismos principios.

Algo parecido ocurre en las bebidas alcohólicas obtenidas por la fermentación de los mostos obtenidos a partir de cereales, siendo la cerveza la bebida más conocida. En estos casos, la extracción del almidón se realiza por difusión, es decir, de la misma manera que se realiza una infusión. Se sumerge el cereal en agua caliente durante unas dos horas para que almidón pase al medio acuoso, obteniéndose así el mosto. Posteriormente se realiza la cocción del mosto para lograr descomponer el almidón en azúcares simples y se le añade la levadura. En función del contenido de agua que tenga el mosto, la cerveza tendrá una u otra graduación alcohólica, aunque por lo general, rondará entre los 5 y los 8 grados.

La técnica de obtención del mosto sería la misma para cualquier tipo de cereal, ya que la concentración de almidón en los cereales está entre el 60 y el 70%. Así, el sorgo y el mijo tienen un contenido de almidón del 73%, el centeno 71%, el maíz 69%, el trigo 68%, la cebada 66%, el arroz 65% y la avena 58%. Las legumbres y los frutos secos también contienen almidón, aunque no se suelen emplear para la obtención de alcohol etílico. Sí que se utilizan otras raíces o sustratos herbáceos como la patata, el boniato o la yuca, cuyo contenido de almidón está entre el 20% y el 30%, y subproductos orgánicos de la elaboración de determinados productos, como la melaza.

Cabe destacar otras bebidas alcohólicas obtenidas por fermentación, con cierta repercusión, y que se obtienen de una manera u origen diferente a las reseñadas con anterioridad.

El hidromiel es una bebida alcohólica obtenida a partir de la fermentación de una mezcla de agua y miel. Tiene entre 10º y 15º de alcohol, necesita de la adicción de levaduras y está considerada como la bebida alcohólica más antigua consumida por el hombre.

El sake, (denominado erróneamente vino de arroz ya que su proceso de elaboración es más similar a la cerveza), es una bebida alcohólica que se elabora a partir de la fermentación del arroz en varias fases en las que entran en juego distintas levaduras, una de las cuales (el hongo koji-kin, o Aspergillus oryzae) es capaz de descomponer el almidón. Tiene entre 14 y 20 grados de alcohol y es originario de Asia Oriental.

El pulque se elabora a partir de la fermentación de la savia extraída del agave o maguey, mediante adicción de levadura. Tiene unos 8º de alcohol y es originario de México.

En definitiva, que de cualquier producto orgánico que contenga azúcares se puede obtener una bebida alcohólica, sólo hay que preparar el mosto, (este paso es el que puede ser más o menos complicado), añadirle levadura y esperar a que la fermentación finalice. Para afinar sabores, sólo hay que depurar la técnica o afinar el proceso.

Y en eso ando yo ahora, en afinar la elaboración de mi cerveza casera para ver si consigo un mejor sabor. Todavía me quedan muchos lúpulos que probar y muchas tardes de cata.

martes, 23 de mayo de 2017

LOS TIPOS DE VINO

En la entrada anterior comentaba cómo se elabora el vino tinto. Y aunque es el que casi exclusivamente se elabora en la parte vallisoletana de la D.O. Ribera del Duero, y por lo tanto también en el pueblo del que son originarios mis padres y donde tenemos las viñas, Curiel de Duero, no es el único. A pesar del tiempo que ha pasado, aún recuerdo una gloriosa cata de vino blanco que hicimos en casa de Juan y Jesús (en Curiel) cuando todavía estaba en la adolescencia y en la que entre unos cuantos dimos cuenta de buena parte de la producción que habían hecho ese año. También recuerdo que cuando íbamos a jugar al frontón de Fuentelcésped algún que otro día acabamos en la bodega de Jose, dando buena cuenta de su clarete.

Y es que hay varios tipos de vino y cada uno tiene un proceso más o menos diferente del resto. Existen cinco grandes categorías de vinos: tintos, blancos, rosados, espumosos y generosos. La principal diferencia entre los cinco son el tipo de uva que se utilizar para producir el vino, el color del vino, la graduación de alcohol y la presencia de burbujas en el vino.

El vino tinto, tal y como comenté en la entrada anterior, se obtiene a partir de la fermentación del mosto de uvas tintas (o de una mezcla donde haya predominio de uvas tintas) que realizan la fermentación junto con los hollejos de la uva. Por cierto, en función del envejecimiento que se le haga una vez separado de las partes sólidas de la uva y tras haber finalizado la fermentación maloláctica, se puede clasificar en joven, crianza, reserva y gran reserva. El tinto joven o del año es aquel que no ha sido envejecido en barrica o que lo ha sido durante un periodo inferior a los 6 meses, el tinto crianza ha sido envejecido durante dos años (al menos 6 meses en barrica), el tinto reserva ha sido envejecido durante tres años (más de un año en barrica) y el tinto reserva ha sido envejecido durante cinco años (más de dos años en barrica).

El vino blanco se obtiene a partir de la fermentación del mosto obtenido de uvas blancas. También se puede obtener a partir de uvas tintas siempre y cuando el mosto se haya separado del hollejo (piel de la uva) nada más ser obtenido, para que éste no le proporcione color. En general, para obtener un vino blanco se obtendrá el mosto nada más ser vendimiada la uva y tras separarlo de las partes sólidas de la uva, se fermentará.

El vino rosado se obtiene a partir de uvas tintas o de mezcla entre uvas blancas y tintas y que están macerando con las partes sólidas de la uva, sobre todo con los hollejos, dos o tres días, en función de la intensidad de color que se quiera conseguir. También se puede obtener vino rosado mezclando vino tinto y vino blanco, aunque esta técnica se prohibió en España en los años 70 y está prohibido en la mayoría de países comunitarios. Dentro de los rosados, se puede hacer un apartado especial para el clarete, que aunque se le considera un vino rosado, es un vino que se elabora de la misma manera que un vino tinto, realizando la fermentación en contacto con los hollejos, pero a partir de una mezcla de uva en donde predomina la uva blanca de forma mayoritaria.

El vino espumoso es un vino que lleva disuelto dióxido de carbono (CO2), independientemente de si es blanco, rosado o tinto. La presencia del gas se puede conseguir mediante tres métodos diferentes. El método tradicional o champenoise es el empleado en el champán o el cava y consiste en realizar una segunda fermentación en botella mediante la adicción de azúcar o mediante el embotellado del vino antes de que haya terminado de fermentar, por lo que el CO2 producido en la fermentación realizada en la botella se mezcla con el líquido. El método Charmat o Granvás es el empleado en el Asti Espumante o en el Prosecco italiano y consiste en cerrar la cuba de fermentación antes de que termine de fermentar, por lo que nuevamente el CO2 producido en la fermentación realizada en la cuba cerrada se mezcla con el líquido. El método de gasificación es el empleado en el Lambrusco italiano y consiste en inyectar el gas en el vino. Todos los nombres de vinos espumosos se corresponden con su lugar de origen, siendo denominaciones de origen protegidas y se clasifican en brut nature, (hasta 3g de azúcar por litro), extra-brut, (hasta 6g), brut (hasta 12g), extra seco (entre 12g y 17g), semiseco (entre 17g y 32g), seco, (entre 32g y 50g) y dulce (con más de 50g de azúcar por litro).

El vino fortificado es el vino al que se le ha incorporado alcohol vínico o brandy, para aumentar su estabilidad y su graduación alcohólica, sin perder por ello su condición de derivado 100% de la uva. El oporto es un vino fortificado al que se le añade brandy o aguardiente vínico durante la fermentación, por lo que se interrumpe el proceso de fermentación, dando como resultado un vino con mayor contenido de alcohol (hasta 25°) y con sabor más dulce, debido al azúcar remanente que no terminó de fermentarse. Los vinos generosos de Jerez o Montilla-Moriles (el fino, la manzanilla, el amontillado, el oloroso,…), son vinos criados bajo velo de flor y a los que se suele añadir alcohol vínico, oscilando entre los 15 y los 22° de alcohol.

Por cierto, los vinos no espumosos también se clasifican según la cantidad de azúcar que contengan en secos (menos de 5g de azúcar por litro), semisecos (entre 5g y 30g), semidulces, (entre 30g y 50g) y dulces, (con más de 50g de azúcar por litro de vino).

Mención aparte merece el vermú, que es un vino macerado en hierbas y ligeramente fortificado, por lo que oscila entre 16° y 22° de alcohol, no siendo siempre un derivado 100% de la uva. Puede ser rojo o blanco. El rojo es de origen italiano y es más dulce mientras que el blanco es de origen francés y es más seco, por lo que es de mayor graduación.

Hablando de los tipos de vino me ha venido a la mente la afición que había en los pueblos a hacer el llamado vino ojigallo, un vino a mitad de camino entre el tinto y el clarete, que tenía fama de “entrar bien”, puesto que al tener la consistencia del clarete, era más refrescante, aunque con un color más cercano al tinto. Sin embargo, solían ser vinos ácidos que no habían realizado correctamente la fermentación maloláctica, y cuya cata no solía ser una de las prácticas más recomendables, incluso para los días de más sed. Sólo basta decir que su nombre provenía del parecido con el color del ojigallo, una bebida que se preparaba antiguamente en las tabernas en la que se mezclaba vino tinto de mala calidad con aguardiente para dar salida a los peores vinos.

Afortunadamente, al menos en Curiel o en Aranda, los vinos que se hacen artesanalmente han mejorado notablemente su calidad y probar el vino de cualquier paisano es una tarea más que recreativa, puesto que la calidad de los vinos realizados por algunos de ellos es más que sorprendente, dejando de ser la práctica poco recomendable que era antes.