Muchas veces me he puesto a imaginar cómo pudiese haber afectado a mi vida muchas de las decisiones que he ido tomando a lo largo de ésta y que han podido afectar a su transcurso. A veces esas decisiones han sido livianas, azarosas o impulsivas, como puede ser el aparecer en un sitio de forma totalmente improvisada y conocer a alguien que posteriormente pasase a ser importante en mi vida y con la que realizase gran parte de mis actividades y que pudiese influir en parte de la toma de mis decisiones posteriores. Otras veces han sido decisiones más importantes y en las que incluso no he estado totalmente convencido de la decisión tomada. Lo que está claro es que nuestra existencia ha de convivir con múltiples circunstancias azarosas que hacen que se produzca un cambio importante en el transcurso de ésta, muchas veces de forma voluntaria, intentando aprovechar lo que creemos que es una oportunidad que se nos presenta, otras veces de forma inevitable, pudiendo en este caso ser víctima de alguna situación que a la vez no era deseada, y otras de forma casual, en la que, por lo general, no damos importancia a lo sucedido o lo tomamos como un acontecimiento más del día, pero que influirá notablemente en nuestro futuro. Incluso se podía añadir en este último caso la concatenación de casualidades que nos pueden llevar a conocer a una persona que en futuro será influyente o decisiva en nuestra vida. Sólo hay que analizar cómo conocimos a nuestros mejores amigos o a nuestras distintas parejas, las circunstancias en las que las conocimos, el porqué nos encontrábamos en el lugar del encuentro tanto nosotros como ellos y las personas que nos acompañaban tanto a nosotros como a ellos.
Siempre afirmo que el camino que hemos recorrido en esta vida ha dejado en la cuneta muchos otros caminos alternativos que no hemos querido tomar, no hemos podido tomar, no nos hemos atrevido a tomar o no nos hemos dado cuenta de que estaban allí y que el azar también se ha encargado de posibilitar esos caminos, tanto el que hemos seguido como los que hemos dejado atrás. Además, como no hay oportunidad de dar marcha atrás, siempre pensamos, (orgullosos que somos todos), que hemos tomado el mejor camino y que los que hemos dejado de lado, tanto consciente como inconscientemente, no eran mejores. Yo creo que no es así, que nos hemos dejado muchas oportunidades por el camino, que no hemos visto, no hemos sabido aprovechar o hemos descartado por una decisión más o menos meditada, pero las decisiones hay que tomarlas y equivocadamente o no se toman.
Esto siempre me ha llevado a preguntarme sobre si mi vida sería idéntica si se volviese a producir, debido a la gran cantidad de factores que no controlamos o que no somos capaces de percibir, motivado por nuestro estado general o particular en el momento en el que nos encontramos con algún acontecimiento tanto positivo como negativo, circunstancia tanto favorable como adversa u oportunidad tanto de mejorar como de empeorar nuestra vida futura. Ya sé que esto es sólo un ejercicio de memoria y de imaginación, pero sería curioso si se pudiese volver a vivir o se viviesen varias vidas en paralelo y ver lo diferentes o lo semejantes que pudieran ser cada una en función de la cantidad de elementos circunstanciales no controlados con los que nos encontramos a lo largo de ella y que influyen de una manera más o menos importante en el transcurrir de ésta. Personalmente, creo que habría diferencias muy notables entre unas y otras. Puede ser que se deba a que no creo en el destino y mucho menos en la predestinación, pero sí que creo que aunque nuestras personalidades puedan ser similares en casi todas ellas, el devenir sería bastante diferente, incluso la influencia que nosotros hemos realizado sobre otras personas también variarían por lo que se incrementa aún más el factor aleatorio ya que un pequeños cambio en el transcurso de nuestra vida podría modificar notablemente la vida de otro. Es más, creo que las personalidades también se moldean en función de las experiencias vividas y de las compañías con las que te has compartido la vida y han podido influir en mayor o menor medida sobre ella, sobre todo a edades más tempranas que es donde realmente se cimentan.
Todo esto me llevó a pensar acerca de los triunfadores y preguntarme sobre si triunfarían en otras vidas o es que están de suerte y están viviendo la mejor de las vidas que les pudiese haber tocado vivir. ¿Los genios volverían a ser genios en otras vidas paralelas? ¿Los grandes amasadores de fortuna partiendo desde la nada volverían a tener la misma suerte o las mismas grandes ideas que los llevaron a vivir en el lujo y la comodidad? ¿Las más influyentes personalidades volverían a tener tal poder de influencia? ¿Los triunfadores del espectáculo o de las artes triunfarían en todas sus vidas o se verían truncados esos triunfos en otras vidas debido a que en ésta han tenido la mayor de las suertes?
Lo que sí que está claro es que el simple hecho de nacer donde nace se nace haría que todas estas vidas paralelas tuvieran unos parámetros e influencias comunes. Esto motivaría, seguramente, que mucha gente que tuviera un carácter excesivamente sumiso o poco inquieto, se viera condicionado en todas esas vidas a absorber de las mismas fuentes gran parte de las capacidades y experiencias que moldearán su personalidad futura, por lo que posiblemente, todas las veces que hubiese vivido su misma vida, éstas pudieran ser muy similares todas y cada una de ellas, incluso poco pudiesen variar los protagonistas principales de su vida, salvo enfrentarse a acontecimientos excepcionales que pudieran truncar o modificar enormemente el transcurrir de alguna de ellas. Sin embargo, creo que, partiendo del espíritu rebelde que una gran mayoría de las personas tenemos tanto en la infancia y sobretodo en la adolescencia, nuestras distintas vidas pudieran tener unos devenires muy diversos en cuanto a los protagonistas y los acontecimientos vividos en nuestra vida. Posiblemente, en casi todas de ellas estaríamos ubicados en el mismo escalafón social, pues éste viene casi totalmente influenciado por el entorno en el que hemos nacido, salvo los casos dados anteriormente entre interrogaciones u otros que serían totalmente contrarios, pues igual que hay grandes triunfadores, sin duda que también hay grandes derrotados y podría ser que estuviesen viviendo su calvario en esta vida, pero no en cualesquiera de las otras vidas que pudieran vivir en dicha muestra.
Todo esto me surge cuando veo entre los grandes triunfadores de nuestra época (tomando como patrones de triunfo los de reconocimiento social, popularidad o nivel económico) a auténticos inútiles afortunados o cuando veo como auténticos inútiles o esperpentos mentales llevan una vida relativa cómoda, muchas veces debido a un golpe de fortuna que ni siquiera ellos han sabido apreciar como tal, mientras que otra gente más brillante se ha encontrado con numerosos inconvenientes, muchos de ellos desafortunados, que hacen que tengan que luchar día a día por llevar una vida más o menos modesta, limitada o condicionada. En la primera lista, la de los grandes triunfadores, incluiría, sin dudar, a gente como Belén Esteban, “el Pocero” o los tres últimos presidentes de este país, pero esta lista podría ser extremadamente larga, por lo que no voy a intentar hacerla. De la segunda lista no voy a nombrar a nadie, ya que serían gente más o menos próxima a mi entorno y yo soy de dar las opiniones personales a las personas afectadas, antes hacerlas públicas, pero en el momento en el que estoy escribiendo esto, ya me han venido a la mente unos cuantos nombres tanto para la listas de los inútiles con fortuna como para la lista de los brillantes desafortunados.
Para ver todo esto de lo que aquí hablo, no hay más que hacer todo un ejercicio recordatorio de toda nuestra vida y ver todos los grandes acontecimientos que nos ha deparado. A partir de aquí habría que analizar el porqué de esos acontecimientos y sus circunstancias, así como los antecedentes próximos y remotos de dichos acontecimientos. Seguramente todos ellos están condicionados por unas circunstancias muy caprichosas que hubiesen podido provocar que el camino llevado para desembocar en dicho acontecimiento pudiera haberse truncado con facilidad y haber hecho que nuestra vida hubiese tomado otro camino diferente y los sucesos, experiencias y protagonistas futuros de nuestra vida podrían haber sido modificados de una forma severa.
La verdad, es una pena que no sea posible tener muestras diferentes de vidas paralelas que llevásemos. Con ello podríamos dar respuesta a las preguntas que siempre todos tenemos. ¿Qué sería de mi vida su hubiese dicho que sí o hubiese hecho aquello en aquel momento tan decisivo? Podríamos ver como decisiones livianas podrían modificar enteramente nuestra vida futura e incluso comprobar hasta qué punto somos capaces de dirigir nuestra vida o de dejarla expuesta a las circunstancias aleatorias. Creo que todo esto ya lo pensó Robert Zemeckis cuando escribió el guión de “Regreso al futuro”.