Cuando estudiábamos los
principales ríos de España, los afluentes del Duero que debíamos estudiarnos
eran el Pisuerga y el Esla por el norte o margen derecho y el Adaja y el Tormes
por el sur o margen izquierdo. Pensaba que no era muy útil saberse los
afluentes de los ríos ya que sólo se estudiaban unos pocos, pues todos los
afluentes del Duero que conocía, (a excepción del Pisuerga), no estaban
incluidos en la lista y que algo parecido debería suceder con el resto. Además,
en el caso particular del Duero se ignoraba su parte portuguesa.
Yo, en mi Aranda natal, veía como
el casco antiguo estaba bordeado por los ríos Arandilla y Bañuelos que
desembocan en el Duero en el misma casco urbano y que ahora bañan entre los dos a
cuatro de los parques de la ciudad. Igualmente, en las localidades próximas de
Peñafiel o Roa, los ríos Duratón y Riaza mueren en el Duero tras haber creado
unas preciosas hoces en la provincia de Segovia. Incluso por el pueblo de mis
padres, Curiel, pasaba el arroyo Horcajo que moría en el Duero tras emerger del
subsuelo en forma de manantial unos cuatro kilómetros antes. Ahora, dicho
manantial abastece de agua potable al pueblo.
Para mí el Duero es el río al que
tengo asociada mi vida. Siendo natural de Aranda de Duero y siendo mis padres
de un pueblecito llamado Curiel de Duero que dista 44 kilómetros por carretera
de Aranda, (lugar en el que pasé casi media vida, hasta los 20 años),
siempre he estado acompañado por el transcurrir de sus aguas. He visto las Fuentes
del Duero, sitas en la falda sur del Pico Urbión, que pertenece al Sistema
Ibérico y al término municipal de Duruelo de la Sierra (Soria), donde nace a
unos 2.160 metros sobre el nivel del mar. Lo he visto en su transcurso por
Soria, Almazán o San Esteban de Gormaz. Siempre me ha acompañado en mis
estancias en Aranda o en los incontables viajes a Curiel o a Valladolid. Y lo
he vuelto a ver transcurriendo por Tordesillas, Toro o Zamora, entre otras
localidades. Aún no lo he visitado cuando se convierte en río Douro al
atravesar la frontera y pasar a tierras portuguesas para ir a morir al Océano
Atlántico formando previamente un bonito estuario en Oporto.
El río Duero tiene 897 km de
largo, de los que 572 recorren territorio español y 213 tierras portuguesas, siendo
navegable en este tramo. Durante 112 km hace de frontera entre ambos países, en
un espacio en el que el cauce del río se hace estrecho y profundo, formando los
denominados Arribes del Duero.
Posee la mayor cuenca
hidrográfica de la península ibérica, al ocupar 98.073 km², de los que 78.859
km² corresponden al territorio español y 19.214 km² al portugués. El 98% de la
superficie de la cuenca española es castellanoleonesa, siendo el resto gallega,
aunque también abarca mínimamente las comunidades autónomas de Cantabria, La
Rioja, Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid. Es el río de mayor caudal
absoluto de la península ibérica con un caudal medio de 675 m³/s y un caudal
absoluto de 13.660 hm³/año y con sus
897 kilómetros de longitud, es el tercer río más largo de la península, tras el Tajo y el Ebro,
discurriendo por las provincias españolas de Soria, Burgos, Valladolid, Zamora
y Salamanca, y por los distritos portugueses de Braganza, Guarda, Vila Real,
Viseu, Oporto y Aveiro y bañando las denominaciones de origen vinícolas españolas de
Ribera del Duero, Arlanza, Cigales, Rueda, Toro, Tierra de León, Tierra de
Zamora y Arribes del Duero y otras seis denominaciones portuguesas, entre las que destaca la de Oporto.
Tiene una tupida red de afluentes
que recoge aguas de la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y el Sistema
Central, todos ellos responsables de su elevado caudal. Por el margen izquierdo
o sur recibe las aguas de los ríos Tera, Rituerto, Escalote, Talegones, Mome,
Riaza, Duratón, Cega, Adaja, Zapardiel, Trabancos, Guareña, Tormes, Uces,
Froya, Huebra y Águeda en la parte española y Aguiar, Côa, Teja, Torto, Távora,
Varosa, Cabrum, Bestança, Paiva y Arda en la parte portuguesa, mientras que por
el margen derecho o norte recibe las aguas de los ríos Izana, Ucero, Arandilla,
Bañuelos, Gromejón, Jaramiel, Pisuerga, Valderaduey, Hornija y Esla, en la
parte española y Sabor, Tua, Corgo, Támega y Sousa en la parte portuguesa.
Los afluentes más importantes son,
sin duda, el Esla y el Pisuerga, ambos provenientes de la Cordillera Cantábrica.
El Pisuerga, con unos 288 kilómetros de longitud y un caudal absoluto de 2.516
hm³/año, nace en el glaciar Covarrés, al norte de la provincia de Palencia, y
atraviesa las ciudades de Aguilar de Campóo, Venta de Baños, Valladolid y
Simancas para desembocar en el Duero a unos seis kilómetros de dicha localidad.
Sus afluentes son el Esgueva (que se le une en Valladolid tras transcurrir 127
kilómetros por el valle que lleva su nombre), el Carrión (que pasa por Palencia
en sus 197 kilómetros de recorrido y que tiene un caudal de 579 hm³/año), el
Arlanza (de 172 kilómetros y un caudal de 936 hm³/año), el Valdavia (de 79
kilómetros y un caudal de 163 hm³/año), el Odra y el Burejo. Cabe destacar que
en su desembocadura el Pisuerga tiene un caudal ligeramente superior al del
Duero (2.001 hm³/año), de ahí el famoso dicho que dice “el Pisuerga lleva el
agua y el Duero la fama”. El Esla, el más caudaloso de sus afluentes, tiene unos
288 kilómetros de longitud, (aproximadamente unos cien metros más que el
Pisuerga), y un caudal absoluto de 5.266 hm³/año. Nace en la Fuente del Naranco
(al norte de la provincia de León), crea los embalses de Riaño y Ricobayo y
desemboca en el Duero en el municipio zamorano de Villalcampo. Sus afluentes
son el Aliste, el Tera (de 140 kilómetros y 822 hm³/año y que crea el lago de
Sanabria), el Órbigo (de 108 kilómetros y un caudal de 1.576 hm³/año), el Cea (de
163 kilómetros y un caudal de 282 hm³/año), el Bernesga (que pasa por León en
sus 83 kilómetros de recorrido y tiene un caudal de 619 hm³/año) y el Porma (de
79 kilómetros y 803,7 hm³/año). Al igual que sucede con el Pisuerga, en su
desembocadura el Esla tiene un caudal ligeramente superior al del Duero.
El Tormes es el afluente más
importante de la margen izquierda. Nace en Prado Tormejón (Sierra de Gredos) y
desemboca cerca de Fermoselle (Zamora) tras pasar por Salamanca, recorriendo
149 Km y aportando un caudal absoluto de 1.272 hm³/año. Sus únicos afluentes
son los ríos Almar y Corneja. También por la margen izquierda, el río Águeda
con 176 Km de longitud y un caudal absoluto de 720 hm³/año, sería el siguiente
en importancia. Nace en el manantial del Puente de los Llanos en Navasfrías,
(Salamanca), pasa por Ciudad Rodrigo y durante 40 kilómetros hace de frontera
natural entre España y Portugal hasta su desembocadura en Barca de Alba
(Portugal). Otro afluente importante de la margen izquierda es el Adaja que
tiene 176 kilómetros de longitud y un caudal absoluto de 413 hm³/año, de los
que más de la mitad (256 hm³/año) se los aporta el Eresma tras 134 kilómetros
de recorrido desde la sierra de Guadarrama hasta Matapozuelos, pasando por
Segovia.
El resto de afluentes tienen una
aportación inferior a los 400 hm³/año, siendo los más importantes:
Afluente
|
Caudal Abs.
|
Longitud
|
Nacimiento
|
Desembocadura
|
Támega
|
394 hm³/año
|
145 Kms.
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Laza (Orense)
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Entre-os-Rios (Portugal)
|
Huebra
|
259 hm³/año
|
134 Kms.
|
Peña de Francia
|
Saucelle (Salamanca)
|
Cega
|
232 hm³/año
|
149 Kms.
|
Navafría (Segovia)
|
Pte. Duero (Valladolid)
|
Valderaduey
|
186 hm³/año
|
158 Kms.
|
Mte. Riocamba (León)
|
Zamora
|
Duratón
|
161 hm³/año
|
114 Kms.
|
Somosierra (Madrid)
|
Peñafiel (Valladolid)
|
Riaza
|
143 hm³/año
|
113 Kms.
|
La Quesera (Segovia)
|
Roa de Duero (Burgos)
|
Como ya se ha comentado, el 98%
de la parte española de la cuenca hidrográfica del Duero corresponde a Castilla
y León, lo que significa que el 84% del territorio castellanoleonés está
incluido en la cuenca del Duero (sólo se queda fuera el norte de Burgos y el
noroeste leonés) y que la práctica totalidad de la cuenca del Duero se
corresponde con Castilla y León. Posiblemente fuera éste el principal argumento
para la constitución de Castilla y León como región y comunidad autónoma en
1981, pues aunque dicha constitución se basó en argumentos históricos, esos
argumentos quedaron de lado a la hora de establecer otras fronteras dentro del
territorio del Estado, como fue la creación de las comunidades autónomas de
Cantabria y La Rioja, vinculadas con este movimiento fronterizo.