En los
últimos años y en bastantes ocasiones, al descargarme ciertos ficheros
comprimidos a través de la red, he recibido, junto con los ficheros buscados,
un interesante documento titulado erróneamente “la manipulación mediática según Noam Chomsky”
en el que se enumeran y explican diez estrategias de manipulación mediática.
Este documento titulado “las 10 estrategias de
manipulación mediática” es un texto que se ha convertido en un fenómeno viral
en Internet. Escrito por el francés Sylvain Timsit en 2002 y publicado en la
web www.syti.net con el título "Estrategias de manipulación", ha sido atribuido
erróneamente al filósofo y activista estadounidense Noam Chomsky a partir de un
error que cometió en su momento la agencia internacional de noticias de paz y
no violencia “Pressenza”. El error puede deberse a que Noam Chomsky sí que es
coautor del modelo de propaganda de los medios de comunicación de masas junto
al economista estadounidense Edward S. Herman.
Este documento explica las herramientas
psicosociales que permiten tener distraída a la gente de lo verdaderamente
importante para que los verdaderos problemas que aquejan a la sociedad sean eliminados
o distraídos mediante la manipulación de la opinión pública en los medios de
comunicación, obteniendo una sociedad sumisa y poco crítica.
Estas 10 estrategias de
manipulación mediática, según Sylvain Timsit, serían:
La estrategia de la
distracción es el elemento primordial del control social, que consiste en
desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios
decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del
diluvio o inundación de continuas informaciones insignificantes, a modo de
distracción, manteniendo la atención del público distraída por temas sin
importancia real, lejos de los verdaderos problemas sociales y dejando poco tiempo
para el pensamiento crítico. Esta estrategia es igualmente indispensable para
impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en las áreas
más importantes del conocimiento.
Crear problemas y después
ofrecer soluciones, también llamado método “problema-reacción-solución”. Consiste
en crear un problema o situación prevista para causar cierta reacción en el
público, con la finalidad de que sea el público quien demande ciertas medidas
que se desean imponer. Ejemplos claros serían el dejar que se intensifique la
violencia urbana o la organización de atentados sangrientos, con la finalidad de
que sea el público quien demande leyes de seguridad y políticas que limiten la
libertad; o generar crisis económicas para hacer aceptar como un mal necesario
el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios
públicos.
La estrategia de la
gradualidad, para lograr que se acepten ciertas medidas inicialmente inaceptables.
Consistiría en aplicar estas medidas de forma gradual por años sucesivos. Así, condiciones
socioeconómicas radicalmente nuevas (como el neoliberalismo) fueron impuestas
durante las décadas de 1980 y 1990 a cuentagotas, hasta completar su práctica
introducción total. Haber introducido, de repente, múltiples medidas como
reducir el Estado a mínimos, realizar privatizaciones, fomentar la flexibilidad
laboral, provocar desempleos en masa o rebajar los salarios a mínimos generando
precariedad, hubiera provocado una revolución social en el caso de haber sido
aplicadas todas a la vez.
La estrategia de diferir,
es decir, sugerir posibles futuras medidas impopulares presentándolas como
“dolorosas y necesarias”, para obtener una aceptación pública, puesto que es
más fácil aceptar un sacrificio futuro que uno inmediato, ya que el esfuerzo no
sería realizado de manera inmediata. Como la masa tiene siempre la tendencia a
esperar ingenuamente que la coyuntura mejore y que el sacrificio exigido pueda
ser evitado, esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea de ese
cambio y de aceptarlo con resignación cuando llegue el momento.
Dirigirse al público como a criaturas
de poca edad, buscando respuestas o reacciones desprovistas de sentido
crítico, ya que al dirigirse a alguien como si tuviese poca edad, éste
reaccionará, con cierta probabilidad, con una respuesta propia de esa edad, en
función de la sugestión. Es por ello que la mayoría de la publicidad dirigida
al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación
particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el
espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más
se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono
infantil.
Utilizar el aspecto emocional
mucho más que la reflexión, es una técnica clásica para causar un cortocircuito
en el análisis racional y en el sentido crítico de los individuos. La
utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente
para implantar o insertar ideas, deseos, temores, miedos, compulsiones o
inducir comportamientos.
Mantener al público sumido en
la ignorancia y la mediocridad, de forma que la distancia intelectual entre
las clases sociales inferiores y superiores sea y permanezca imposible de
alcanzar para las clases inferiores, haciendo que el público sea incapaz de
comprender los métodos utilizados para su control y su esclavitud. Para ello la
calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más
pobre y mediocre posible.
Estimular al público a ser
complaciente con la mediocridad, para hacer creer que el hecho de ser
estúpido, vulgar e inculto es algo normal o está de moda.
Reforzar la autoculpabilidad,
para hacer creer al individuo que él es el único culpable de su propia
desgracia, bien por la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o
de sus esfuerzos, para que, en lugar de rebelarse contra el sistema económico,
el individuo se culpe de su desgracia, lo que le generará un estado depresivo,
uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción y, por lo tanto, de su
rebeldía o movilización.
Conocer a los individuos mejor
de lo que ellos mismos se conocen, de manera que el sistema ejerza un mayor
poder y control sobre los individuos, mayor incluso que el que ejercen los
individuos sobre sí mismos. Esto se ha logrado gracias a los avances
científicos en biología, neurobiología y psicología aplicada en los últimos 50
años, generando una creciente brecha entre los conocimientos del público y los
utilizados por las elites dominantes, por lo que “el sistema” ha disfrutado de
un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como
psicológicamente.
Desgraciadamente, todas estas
estrategias nos son más que familiares, debido a que las hemos visto y las
continuamos viendo en numerosas ocasiones como formas de dirigirse la clase
dirigente y los medios de comunicación hacia la opinión pública.