Hace unos años tuve un compañero
de trabajo con el que tenía un trato bastante bueno, pero que a partir de
ciertos celos profesionales con respecto a otro de nuestros compañeros, comenzó
a comportarse de una forma hostil hacia ambos. Esto desembocó en una gran
desidia laboral por su parte, lo que provocaba que una buena parte de su carga
laboral recayera sobre nosotros dos, lo que desembocó en un conflicto entre
todos.
El motivo de dicho conflicto vino
dado porque, a pesar de que acababa de ser promocionado, consideraba que su
categoría era aún inferior con respecto a su valía profesional y que debería
tener la misma categoría que nuestro otro compañero ya que, según él,
realizaban las mismas tareas. Esa premisa no era cierta, ya que aparte de tener
una formación y una capacidad profesional muy inferior, en cuanto se le
asignaba alguna tarea de cierta complejidad, necesitaba ayuda por nuestra parte
para resolverla. Eso sin contar con que en la mayoría de las tareas complejas
que realizaba las llevaba a cabo a partir de los manuales realizados por nosotros
dos, ya que él no tenía capacidad para afrontar tareas de investigación de
nuevos productos o desarrollos y se solía auto-descartar ante la posibilidad de
realizarlo.
Para resolver dicho conflicto le pedí
que lo solucionásemos con nuestro superior que, al ser conocedor del tema, se
mostró abierto a realizarle una mejora salarial, todo ello condicionado a que
cesaran los conflictos y a que su desempeño laboral volviera a ser bueno. Aún
así, el conflicto no se solucionó al rechazar mi compañero dicha mejora por
considerarla insuficiente.
Nunca antes había vivido tan de
cerca y de manera tan intensa un comportamiento como éste, aunque sí que me
había encontrado en ciertas conversaciones a mucha gente que se pensaba que
sabía mucho acerca de algún tema del que apenas tenía unas nociones básicas. Se
trata de un efecto psicológico, relativamente común, por el que se distorsiona lo
percibido a partir de la información de la que se dispone, por lo que personas
con escaso conocimiento acerca de un tema o materia concreta, tienden
sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben. Es el denominado
efecto Dunning-Kruger.
El efecto Dunning-Kruger, llamado
así por ser postulado en 1999 por los profesores David Dunning y Justin Kruger del
departamento de Psicología de la Universidad de Cornell (Nueva York), es un
sesgo cognitivo por el que los individuos con escasa habilidad o conocimientos en
campos o materias con la que se sienten familiarizados, o que son de dominio
universal, padecen de un sentimiento de superioridad ilusorio, considerándose
más inteligentes o aptos que otras personas más preparadas, al medir
incorrectamente su habilidad situándola por encima de la real. Este sesgo se produce
debido a una incapacidad del sujeto para reconocer su propia ineptitud. Sin
embargo, los individuos altamente cualificados tienden a subestimar su
competencia relativa, asumiendo erróneamente que las tareas que son fáciles
para ellos también lo son para los demás.
Para llegar a esta conclusión, ambos
profesores investigaron cierto número de estudios previos sobre comprensión
lectora, conducción de vehículos de motor y diversos juegos y realizaron otros
de razonamiento lógico, gramática y humor. En ellos, examinaron las
autovaloraciones de los participantes y su estimación sobre la posición
obtenida en la clasificación del grupo tras haberles mostrado las puntuaciones
de sus pruebas. Mientras que el grupo de los más competentes
estimaba bastante bien su clasificación o incluso la subestimaban, los
incompetentes sobreestimaban su posición. Comprobaron que cuanto más
incompetente era el sujeto, menos notaba su incompetencia y que, cuanto más
competente era, más subvaloraba su competencia. Esta percepción se debe a que
las habilidades necesarias para hacer algo bien, son justamente las habilidades
necesarias para poder evaluar correctamente cómo se está realizando, mientras que
los sujetos que se subvaloran, lo hacen debido al efecto de falso consenso por
el que se cree que esas tareas de dominio universal son realizadas de igual
manera por todo el mundo, asumiendo que sus capacidades están en la media,
cuando en realidad, son superiores.
A partir de estos estudios expusieron
que en una habilidad típica que los humanos poseen en mayor o menor grado los
individuos incompetentes tienden a sobrestimar su propia habilidad, son
incapaces de reconocer la habilidad de otros y son incapaces de reconocer su
extrema insuficiencia. Si estos individuos pueden ser entrenados para mejorar
sustancialmente su propio nivel de habilidad, podrán llegar a reconocer y
aceptar su falta de habilidades previa. Y concluyeron que la mala medición del
incompetente se debe a un error sobre sí mismo, mientras que la mala medición
del competente se debe a un error acerca de los demás. Todo un alegato a Charles
Darwin cuando enunció que “la ignorancia suele proporcionar más confianza que
el conocimiento”.
Analizando estos resultados y estudios,
la base esencial de este comportamiento, donde el incompetente se ve a sí mismo
como competente, estaría sujeto en una falta de realismo sobre la competencia y
habilidades de uno mismo, un efecto de superioridad ilusorio que se debe
mantener a toda costa debido a una baja autoestima que obliga a crear estas
ilusiones con el objeto de auto-protegerse y a una inhabilidad para no ver su
falta de competencia. En el caso de llegar a verla, sería como atentar a su
propia confianza. Como esto lo que deben evitar, lo que en un principio surge
para proteger su baja autoestima, se acaba convirtiendo en una auténtica coraza
que ellos mismos se creen con total naturalidad, creando una falta de realismo
sobre la propia incompetencia.
Por lo tanto, antes de sentenciar
acerca de un tema y de creerse un sabio en cualquier materia, habrá que recordar
que, por improbable que nos pueda parecer, cualquiera de nosotros podría andar
por ahí, felizmente, ajeno a su propia ignorancia. No hay más que recordar
aquel aforismo atribuido al filósofo cínico Diógenes: “Cuanto más sé, más
grande veo mi ignorancia”. Es algo de lo que casi todos, en algún momento de la
vida, nos hemos percatado, de que según hemos ido teniendo un mayor
conocimiento de algún tema en concreto más lejos nos hemos visto de poder
dominar completamente esa materia.