Cuando era niño y contradecía a
mi madre, ella me solía preguntar sarcásticamente acerca de si me creía que era
uno de los sabios de Grecia. Esa referencia hacia los sabios de Grecia no la
volví a escuchar hasta que empecé a cursar la asignatura de Filosofía en
Bachillerato, a excepción de a otras madres, pues por aquel entonces el patrón
educativo de nuestras madres parecía ser único y lo mismo que yo escuchaba en
casa como argumentación, advertencia o reprimenda por parte de mi madre, lo
volvía a escuchar en las casas de mis amigos por parte de las suyas.
Desconozco el motivo por el que
se utilizaba la alusión a los sabios de Grecia de una manera tan extendida o,
al menos, de una manera más frecuente a la que se pueda utilizar en la
actualidad. Lo cierto es que bajo la denominación de “los siete sabios de
Grecia” se engloba a siete personalidades históricas de la Antigua Grecia,
entre los que hay filósofos, legisladores o gobernadores que fueron contemporáneos
(todos ellos nacieron en el siglo VII a.C. y murieron en el siglo VI a.C.) y a
quienes se les atribuye una serie de máximas filosóficas que sirven como
referencia del pensamiento de aquella época. Dicha tradición, la de los siete
sabios de Grecia, se mantuvo a lo largo de los años, habiendo llegado a
nuestros tiempos gracias al doxógrafo Estobeo y su “Antología de extractos,
sentencias y preceptos”, al filósofo Platón y su diálogo “Protágoras” o al
historiador Plutarco y su obra “Ágape para siete sabios”.
La relación más extendida de los
siete sabios de Grecia es la realizada por Estobeo, la misma que, varios siglos
después, utilizó Plutarco en su obra, y estaría formada por:
Tales de Mileto: Filósofo
y matemático que vivió entre 625 a.C. y 546 a.C. y que destacó gracias a su
sabiduría práctica, a su notable capacidad política y a la gran cantidad de
conocimientos que poseía. Fue el iniciador de la indagación racional sobre el
origen del Universo, por lo que está considerado como el fundador de la filosofía,
(creía que el Cosmos estaba formado a partir de una sustancia elemental común a
todo, algo aún hoy vigente). Considerado también como el padre de las
Matemáticas, por demostrar sus afirmaciones, estableció una serie de teoremas
geométricos elementales que llevan su nombre, siendo el más conocido el que
sirve de base para la construcción de triángulos rectángulos con la ayuda de un
semicírculo. Y como astrónomo, fue capaz de vaticinar un eclipse solar el 28 de
Mayo de 585 a.C., algo que asombró a sus contemporáneos y le dio un enorme
prestigio. Se le atribuyen numerosas máximas. De todas ellas, me quedo con: “En
la confianza está el peligro”, “La felicidad del cuerpo consiste en la salud;
la de la inteligencia, en el saber” y “Lo más difícil que hay es conocerse a sí
mismo; lo más fácil aconsejar a otros”
Bías de Priene: Político
griego que se estima que vivió entre 620 a.C. y 550 a.C. y alcanzó gran fama
como legislador. Hombre ocurrente, del que se dice que era el más sabio de
todos, pasaba por ser el orador más elocuente de su tiempo y empleaba su
talento en defender a los pobres. Apelaba continuamente a que el hombre es malo
por naturaleza y por ello el mundo estaba lleno de maldad. Decía preferir
juzgar entre enemigos que entre amigos, porque en el primer caso estaba seguro
de ganar a uno de aquellos, mientras que en el segundo perdía a uno de estos. Compuso
más de dos mil versos llenos de preceptos de moral sobre el modo de vivir feliz
y de gobernar acertadamente. De todas sus máximas, me quedo con: “El saber es
la única propiedad que no puede perderse”.
Pítaco de Mitilene: Fue un
estadista griego de origen noble que vivió entre 640 a.C. y 568 a.C. y gobernó
en Mitilene (Lesbos). Intentó restringir el poder de la nobleza y ejerció el
poder apoyándose en las clases populares. Era famoso por su espíritu de
justicia, de prudencia y honestidad, llegando hasta el punto de conceder la
libertad al asesino de su hijo basándose en que ‘’es mejor perdonar que
arrepentirse’’. Se le considera unos de los siete sabios de Grecia por la
sabiduría y prudencia con que gobernó. Es autor, entre otras, de la máxima: “Educad
a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.
Cleóbulo de Lindos: Hijo
de rey, se estima que vivió entre 630 a.C. y 560 a.C. y gobernó como tirano de
Lindos, en la isla griega de Rodas, de una manera ejemplar, según la versión de
la época. Se le atribuyen algunos poemas líricos y más de tres mil enigmas en
verso. Suya es la máxima “La moderación es lo mejor” y suyo es el aforismo “Aceptar
la injusticia no es una virtud, sino todo lo contrario”.
Quilón de Esparta:
Político que se estima que vivió entre 600 a.C. y 520 a.C. y lo hizo siempre conforme
a sus principios. Mejoró los sistemas de control de los altos funcionarios del
estado, se le atribuye la militarización de la vida civil de Esparta y la toma
de las primeras medidas para la educación castrense de la juventud. Fue quien mandó
grabar con letras de oro en el templo de Delfos las máximas “Conócete a ti
mismo” y “No desees nada que sea demasiado ventajoso”. Suyo es el aforismo “No
permitas que tu lengua corra más que tu inteligencia".
Solón de Atenas: Vivió
entre 638 a.C. y 558 a.C., adquirió fama como legislador y reformador social en
Atenas y es considerado como uno de los precursores de la democracia ateniense.
Instituyó en Atenas un tribunal de justicia y justificó su política tendente a
la igualdad de las clases sociales en una serie de poemas (los más antiguos que
se hayan encontrado) que expresan su ética basada en la medida justa y en el
orden correcto. Anuló todas las deudas que pesaban sobre los campesinos
humildes y decretó que todos los esclavos por deudas fueran liberados, remodeló
el calendario y reguló los pesos y medidas. Su máxima “Nada con exceso, todo
con medida” la utilizaba como guía del comportamiento práctico de los hombres.
Periandro de Corinto: Vivió
entre 668 a.C. y 584 a.C. Sucedió a su padre como tirano de Corinto, propiciando
la prosperidad de la región durante el período entre los s. VII-VI a. C. Desarrolló
el puerto de Corinto y construyó una rampa a través del istmo de Corinto para
que las naves pudieran ser arrastradas para acceder al Golfo de Corinto,
evitando así tener que rodear el Peloponeso. Con los ingresos obtenidos, logró
suprimir los impuestos y llevó a cabo una sistemática política colonial de
conquistas. Pero igualmente, eliminó a todos aquellos aristócratas que podían
amenazar su poder. Se apoyó sobre la plebe contra la nobleza y emprendió
represiones violentas. Pero la larga estabilidad de que gozó Corinto bajo su
mandato contribuyó a que fuera incluido en el grupo de los sabios de Grecia,
aunque fuera por adulación, ya que fue un tirano atroz, cometiendo, a pesar de
su sabiduría, toda clase de excesos y crímenes, como hizo saber Aristóteles. Es
autor de la máxima “Sé previsor con todas las cosas”.
Platón no incluyó en su lista de
los siete sabios a Periandro, pues consideraba que éste no era merecedor de tan
distintiva consideración. En su lugar puso a Misón de Quene, un labrador
del Peloponeso que aborrecía a los hombres y que aun así sus contemporáneos
declararon como el más honrado de los hombres. Su origen humilde y el vivir
alejado de la civilización le hicieron ser mucho menos conocido. Se le atribuye
la célebre máxima "Conócete a ti mismo".