He estado más de 20 años bebiendo
calimocho de manera casi exclusiva y sigo bebiéndolo con asiduidad, aunque
desde que dejé de fumar hace ya casi dos años, lo hago de manera no exclusiva
pues la cerveza también forma parte de mis hábitos junto a ciertos licores
ideales para las sobremesas, en lo que a bebidas para tiempo de ocio se
refiere.
El beberlo de manera casi
exclusiva como antes hacía, me suponía ciertos problemas en cuanto viajaba,
debido a la localización tan concreta que tiene esta bebida. Aunque vino tinto
y Coca-Cola hay en todos los sitios de España y del mundo, en las zonas en las
que el consumo de esta combinación no está asentada, se hace complicado el
lograrlo. Pero aun así, lo he bebido en más de una veintena de países en los
que he estado y con todo tipo de vino tinto que haya caído en mis manos, tanto locales
como de importación, por lo que habré probado vinos de más de una treintena de
países diferentes.
Atrás quedaron muchas anécdotas,
pues beber calimocho fuera de la mitad norte de España suele ser un tanto peculiar,
por no decir muy extraño.
En España, al sur de la cuenca
del Duero y del Ebro no hay costumbre o hábito de beber calimocho y se asocia
al botellón, aunque con el tiempo va ganando aceptación y popularidad. Por
ello, cuando viajaba al Sur, (Valencia, Extremadura, Andalucía,…) prefería
pedir tinto de verano y que me cambiasen el refresco de limón por refresco de
cola, para que no me dijeran que no había. Algunos de los camareros sí que
reconocían que estaba pidiendo calimocho, aunque también los había que se
extrañaban de lo que acababa de pedir.
En París, donde estuve viviendo
durante medio año en 1999, cuando salíamos por la zona de la Bastilla,
frecuentábamos el Black Derby, un pub en el que conseguimos tener precio
especial por un litro de calimocho, algo totalmente inusual en Francia, y que
acabó incluyendo en su carta, junto con la sangría y el tinto de verano como sus
especialidades españolas. También en París, en un bar de la zona Pigalle,
cuando el supuesto dueño me vio mezclando vino con Coca-Cola me dijo que eso
sólo se lo había visto hacer a antes a Fermín Muguruza (el que fuera líder de
Kortatu y Negu Gorriak) y que iba por allí con relativa frecuencia.
En los cuatro viajes que hice a China
(estuve otros seis meses en total) lo bebía con Pepsi pues la Coca-Cola en
China apenas tiene gas. En un pub de Chongqing, el Rainbow, me hacían calimocho
sin necesidad de tener que comprar la botella de vino, así que no me quedó más
remedio que jugar en su equipo de fútbol y pasar a la historia por ser el
primer extranjero (y supongo que el único) que jugó en su equipo.
En México lo encontré en alguna
carta y algún camarero conocía el nombre de la mezcla; y en Cuba tenía que ser con
TuKola, (el refresco de cola cubano), que fue el único que encontré. En otros
sitios, por lo general, si quería beber calimocho tenía que llevar la botellita
de vino para combinar o pedir dos consumiciones y mezclarlas, lo que suponía que
quien o quienes me acompañaban tuvieran que armarse de paciencia, en
determinados momentos.
Para conocer el origen del
calimocho habría que conocer el origen de sus ingredientes. Mientras que los
orígenes del vino se remontan al 8000 a.C., año en el que está datada la bodega
más antigua conocida (localizada en la actual Georgia), los orígenes de los
refrescos de cola datan de finales del siglo XIX.
En 1886, el farmacéutico John S.
Pemberton comenzó a comercializar, en Atlanta, un jarabe energético de su
invención contra los problemas de digestión. Dos años después, enfermó y se vio
obligado a vender los derechos comerciales de su fórmula, justo antes de morir
en 1888. Ante el éxito de este jarabe mezclado con agua carbonatada, en 1891 fue
fundada la compañía Coca-Cola (llamada así para hacer un juego de palabras con
dos de sus ingredientes, extracto de coca y nuez de cola) por Asa Candler,
junto a otros socios, que popularizó la Coca-Cola en todo Norteamérica durante
las siguientes dos décadas.
Paralelamente, en 1893, el
farmacéutico Caleb Bradham, inventó el denominado refresco de Brad, un refresco
digestivo y estimulante que comercializó en la localidad estadounidense de New
Bern (Carolina del Norte). En 1902 registró la marca y fundó Pepsi-Cola (en
alusión a la enzima digestiva pepsina y las nueces de cola usadas en la receta).
Por lo tanto, siendo el vino una
bebida consumida de manera global a nivel mundial, la aparición de ambos
refrescos de cola tuvo que suponer el nacimiento del calimocho, aunque no se
conociera con esa denominación. Y así parece ser que ocurrió, ya que según Mark
Pedergrast, autor del libro “Por Dios, por el país y por la Coca-Cola”, los
inmigrantes italianos mezclaban vino tinto con Coca-Cola a principios del siglo
XX, con lo que podían beber durante más tiempo ya que tardaban mucho más en
emborracharse, que cuando bebían vino solo.
Igualmente, con la llegada de la
Coca-Cola a España en 1928 y la costumbre tan española de mezclar el vino, es
de suponer que los primeros calimochos en España se tomasen por aquella época.
En 1936, con el estallido de la Guerra Civil, el desabastecimiento provocó el
cierre de multitud de empresas, por lo que no volvió a haber refrescos de cola en
España hasta 1950 cuando comenzó a distribuirse Pepsi-Cola. Tres años después,
Coca-Cola volvió a España y en esa década de los 50 se comenzaron a popularizar
las bebidas de cola, (Kas, La Casera, Merin,…), por lo que el calimocho (que
inicialmente fue conocido como Rioja Libre o cubata obrero) se instauró como
otra forma más de mezclar el vino, junto a la sangría y a lo que ahora se
conoce como tinto de verano.
El nombre de calimocho es más
reciente y proviene, según la versión más aceptada, de una fusión de los
términos “Kalimero” y “Motxo” ideado por los miembros de la cuadrilla Antxarrak
durante las fiestas de 1973 del Puerto Viejo de Algorta (Vizcaya), con el
objetivo de vender un vino defectuoso mezclado con refresco de cola. Dicho nombre
se popularizaría durante los años posteriores gracias a los sanfermines de
Pamplona, extendiéndose al resto de lugares castellanoparlantes.
A nivel nacional, el calimocho
comenzó popularizarse en la década de los 90, al menos en la mitad norte del
país, algo que propició que la mayoría de establecimientos tuvieran vino. Ahora
esto es impensable pero, por aquel entonces, que hubiera vino en pubs y
discotecas era algo nada habitual.
Actualmente incluso puedes elegir
el tipo de vino qué quieres, algo a lo que también ha ayudado la incipiente
cultura del vino. En Aranda, por ejemplo, puedes elegir si lo quieres con vino
“normal” (barato) o con Ribera. Todo esto ha propiciado que los amantes del
calimocho ya no tengamos tantos problemas para disfrutar de nuestra bebida
favorita.