Tal y como comenté en la entrada
anterior acerca del Club de los 27, la muerte de estrellas del Rock a temprana edad
ha sido algo muy frecuente. A lo largo de la historia, aunque fueron las
muertes de Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison en tan solo
dos años (de 1969 a 1971) las que abrieron el debate mediático, ha habido
muchas más y muy significativas. A continuación citaré otros casos mediáticos
en función de los años en los que fallecieron, algunos de ellos incluso a más
temprana edad que los incluidos en el Club de los 27.
Buddy Holly, una de las primeras
estrellas del Rock and Roll, murió a los 22 años por un accidente de avioneta.
Con él viajaban el joven de 18 años Ritchie Valens, (creador de “La Bamba”), y
Big Popper, de 28. Sucedió el 3 de Febrero de 1959 y fue bautizado por los
medios como “el día en el que murió la música”.
Elvis Presley, considerado “el
rey del Rock and Roll”, murió en 1977 a los 42 años de edad. No se sabe con
precisión cuál fue el origen real de su muerte, pero el caso es que el abuso de
las drogas y el alcohol junto con ciertas enfermedades que padecía como glaucoma,
hipertensión arterial, daños en el hígado y megacolon pudieron ser los
causantes del ataque cardíaco que acabó con su vida. Unos meses después, el
avión en el que desplazaba el grupo Lynyrd Skynyrd, conocido por su hit “Sweet
home Alabama”, se estrelló, muriendo en el impacto tres de los miembros del
grupo, su líder Ronnie Van Zant y los hermanos Steve y Cassie Gaines, todos ellos
menores de 30 años. Al año siguiente fue Keith Moon, baterista de The Who, quien
murió a los 32 años de edad por una sobredosis de Clometiazol, sedante que
tomaba para luchar contra el síndrome de abstinencia al alcohol. Era conocido
por su estilo de vida autodestructivo y por sus habituales excesos con el
alcohol y las drogas, que estaba dejando en el momento de su muerte.
El más joven de entre los más
famosos fue Sid Vicious, estrella del punk y bajista de Sex Pistols, que murió
en 1979 a los 21 años por una sobredosis de heroína, tres meses y medio después
del misterioso asesinato de novia Nancy Spungen. Su muerte lo convirtió en todo
un icono del punk y en el principal valedor del “vive rápido, muere joven y
deja un bonito cadáver”.
El año 1980 fue especialmente
trágico. Bon Scott, vocalista del grupo AC/DC, murió a los 33 años, por
aspiración de vómito tras una intoxicación etílica. Ian Curtis, líder del grupo
Joy Division, se suicidó a los 23 años, agobiado por la epilepsia que padecía,
su inminente divorcio y su adicción a algunos fármacos. John Bonham, baterista
de Led Zeppelin, murió a los 32 años por aspiración de vómito tras una
ingestión masiva de vodka, provocando, con su muerte, la desaparición del
grupo. Darby Crash, líder del grupo punk The Germs, murió a los 22 años por una
sobredosis intencionada de heroína, suponiendo su muerte el final del grupo y
quedando ésta completamente eclipsada por el asesinato del “ex beatle” John
Lennon, a los 40 años, que tuvo lugar tan sólo un día después, siendo ésta una
de las muertes más mediáticas. Al año siguiente fue Bob Marley, considerado “el
rey del Reggae”, quien murió a los 36 años, víctima del cáncer.
En 1982 fue Randy Rhoads,
guitarrista de Ozzy Osbourne y anteriormente de Quiet Riot, quien murió a los
25 años tras estrellarse la avioneta en la que volaba por diversión. Ese mismo
año, el guitarrista de The Pretenders, James Honeyman-Scott, murió por sobredosis
de cocaína y meses más tarde era el bajista, Pete Farndon, quien se ahogaba en
la bañera tras inyectarse heroína y perder el conocimiento. Tenían 25 y 30 años
de edad respectivamente.
1986 comenzó con la muerte de Phil Lynott, líder de Thin Lizzy, a los 36 años por fallo cardíaco tras sufrir una sobredosis de heroína después de haber pasado sus últimos días entre drogas y alcohol. Posteriormente, Cliff Burton, bajista del grupo
Metallica, murió a los 24 años tras sufrir un accidente el autobús en
el que se desplazaba el grupo por su gira europea. El acontecimiento estuvo a
punto de suponer la disolución de la banda californiana.
En 1988, Hillel Slovak,
guitarrista del grupo Red Hot Chili Peppers, murió a los 26 años por sobredosis
de heroína. Llevaba cuatro años enganchado.
El año 1991 fue también
significativo. Comenzaba con la muerte de Steve Clark, guitarrista de Def
Leppard, a los 30 años tras ingerir una mezcla de antidepresivos, calmantes y
alcohol, poniendo el punto y final a una trayectoria marcada por los excesos con
el alcohol. Seguía con la muerte de Johnny Thunders, (fue guitarrista de New
York Dolls o The Heartbreakers, entre otros), a los 38 años por sobredosis de
metadona, estando enfermo de leucemia. Ya con anterioridad, su compañero Bill
Murcia en The New York Dolls murió también por sobredosis. Y terminaba el 12 de
Noviembre con la muerte de Freddie Mercury, líder de The Queen e icono gay, a
los 45 años por bronconeumonía complicada por el SIDA, tan sólo un día después
de comunicar oficialmente que padecía esta enfermedad. Ese mismo día también
fallecía Eric Carr, baterista de Kiss, a los 41 años por cáncer de corazón.
Michael Hutchence, líder del
grupo INXS, murió en 1997 a los 37 años de edad al ahorcarse con su cinturón,
mientras practicaba una técnica de asfixia autoerótica.
Joey Ramone, el que fuera
cantante del grupo The Ramones, murió en 2001 a los 49 años por linfoma. La
casualidad hizo que al año siguiente muriesen Dee Dee Ramone, el bajista del
grupo, por sobredosis de heroína y Joe Strummer, el que fuera líder de The
Clash, por fallo cardíaco congénito no diagnosticado, ambos a los 50 años de
edad. Y en 2004 lo hizo Johnny Ramone, el guitarrista de The Ramones, a los 55
años por cáncer de próstata, perdiendo el movimiento punk a sus últimos iconos
vivos.
Layne Staley, líder del grupo
Alice in Chains, murió en 2002 a los 34 años de edad por una sobredosis de
heroína mezclada con cocaína. Su muerte provocó la ruptura de la banda, aunque
se volvería a reunir cuatro años después para proseguir con su actividad.
Dimebag Darrell, guitarrista de
Pantera y Damageplan, murió en 2004 a los 38 años edad asesinado a tiros en el
escenario por un fan al año siguiente de la separación de Pantera.
Michael Jackson, considerado “el
rey del Pop”, murió en 2009 a los 50 años de edad por parada
cardiorrespiratoria provocada por una intoxicación aguda de propofol, un
anestésico que utilizaba para dormir. Al año siguiente fue Paul Gray, bajista
de Slipknot, quien murió a los 38 años de edad por una sobredosis de morfina y fentanilo.
Whitney Houston, la que hasta la
fecha es la artista más galardonada de la música, murió en 2012 a los 48 años
de edad ahogada en la bañera del hotel donde se alojaba tras mezclar diferentes
fármacos con cocaína y en 2013 fue Jeff Hanneman, guitarrista fundador de
Slayer, quien murió a los 49 años por una deficiencia hepática producida por la
cirrosis que padecía.
Los citados aquí son los casos
más conocidos de estrellas del mundo de la música en activo de los miles de
casos existentes. Las muertes precoces entre las estrellas de la música es algo
bastante frecuente. Es un estilo de vida marcado por el lema “Sexo, drogas y
Rock and Roll”, de tenerlo casi todo y disfrutarlo al
momento, de vivir con intensidad hasta que el cuerpo dice basta. Una vida de
triunfo, reconocimiento y excesos que suele tener un final anticipado.
Yo añadiría a 2 grandes del Rock como:
ResponderEliminarRonnie James Dio, que fue vocalista en bandas como Rainbow, Black Sabbath, Dio y Heaven & Hell, murió el 16 de mayo de 2010 a los 67 años de cancer de estomago.
Gary Moore guitarrista lider en bandas como Thin Lizzy, Colosseum II y Skid Row y en solitario, murio el 6 de febrero de 2011 a los 58 años de un ataque al corazon
El pasado 3 de diciembre de 2015 falleció Scott Weiland, vocalista de Stone Temple Pilots y Velvet Revolver, a los 48 años. Un paro cardíaco acabó con una vida llena de arrestos y abusos de drogas y alcohol.
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