Recuerdo un debate recurrente que
tenía con mis compañeros de piso en época universitaria acerca de ciertas
manifestaciones que hacían algunos futbolistas donde insistían en que el
futbolista nace y no se hace. Yo no estaba muy de acuerdo con ello, pues aunque
la genética era bastante importante para la práctica de ciertos deportes y
fundamental para otros, pensaba que en el fútbol no lo es todo la genética, sino
que también se podía trabajar ciertos aspectos importantes que se ha de tener
para llegar a ser un futbolista profesional, ya que el fútbol es deporte pero
también se necesita del dominio del balón y del juego.
Con la irrupción de los hermanos
Llorente, (Julio, Paco, José Luis y Toñín), los dos primeros futbolistas y los
otros dos baloncestistas, (los cuatro eran sobrinos de Paco Gento), se zanjó el
debate, pues era bastante difícil de argumentar por mi parte que dicha
circunstancia no se debiese a condiciones genéticas.
Es evidente que el entrenamiento
y la dedicación son imprescindibles para triunfar en el deporte pero, desde
luego, la genética juega un papel fundamental, que no excluyente, salvo en
ciertos deportes donde es primordial.
En fútbol, que es un deporte
donde creo que la genética no es tan fundamental, es muy habitual la presencia
de hermanos. Actualmente, los hermanos Boateng (Kevin-Prince y Jerome), los
Alcántara (Thiago y Rafinha, hijos de Mazinho) y los Touré (Kolo y Yaya), son
los más significativos, aunque también hay que destacar a los Higuaín (Gonzalo
y Federico, hijos de Jorge Higuaín), los Milito (Gaby y Diego), los Callejón
(Jose y Juanmi), los Alonso (Xabi y Mikel, hijos de Perico Alonso), los Negredo
(Álvaro, Rubén y César), los Baraja (Rubén y Javier), los Ñíguez (Aaron, Saúl y
Jony), los Da Silva (Fabio y Rafael), los Fernández (Nacho y Álex) o los
gemelos Bender (Lars y Sven).
Igualmente, en las últimas
décadas se han dado los conocidos casos de los hermanos De Boer (Frank y Ronald,
gemelos), los Neville (Gary y Phil), los Hierro (Manolo y Fernando), los
Guerrero (Julen y José Félix), los López (Sergi y Gerard), los García Junyent
(Óscar, Roger y Genis), los González (Fran y José Ramón), los mellizos Barros
Schelotto (Guillermo y Gustavo), los Helguera (Iván y Luis), los Maradona
(Diego Armando, Lalo y Hugo), los Bakero (José Mari y Santi), los Witschge (Rob
y Richard), los Koeman (Ronaldo y Erwin), los Pérez Muñoz (Alfonso e Iván), los
Baresi (Giuseppe y Franco), los Ferdinand (Rio y Anton), los Rummenigge
(Karl-Heinz y Michael), los Larráinzar (Txomin e Iñigo), los Ablanedo (José
Luis y Juan Carlos), los Mejías (Pepe y Salvador), los Rojo (Txetxu y José
Ángel) o los Castro (Quini y Jesús). Y más atrás, cabe destacar, como más significativos,
a los Van de Kerkhof (René y Willy, gemelos de la Holanda del 74), los Charlton
(Jack y Bobby, en los años 60) o los Regueiro (Pedro y Luis, en los años 30).
En el fútbol también se han dado
muchos casos de futbolistas profesionales que son hijos de otros futbolistas
profesionales. Los casos más destacados son los Cruyff (Johann y Jordi), los
Maldini (Cesare y Paolo), los Sanchís (Manolo y Manolo), los Reina (Miguel y
Pepe), los González (Míchel y Adrián), los
Busquets (Carlos y Sergio), los Verón (Juan Ramón y Juan Sebastián), los Suárez
(Cundi y Rubén), los Ríos (Eusebio y Roberto) o los Cherishev (Dmitri y Denís),
aparte de los ya comentados anteriormente, (los Alcántara, los Alonso o los
Higuaín).
Quizás los hermanos más conocidos
del deporte masculino mundial actual pueden ser los hermanos Gasol (Pau y
Marc), estrellas en la NBA, liga en la que ha habido 60 casos de hermanos en
toda su historia. Sin duda, el baloncesto es un deporte donde la genética es
algo fundamental y, por lo tanto, se han dado múltiples casos de hermanos que
han destacado. En la actualidad cabe destacar a los Reyes (Alfonso y Felipe),
los Fernández (Rudy y Marta), los Lavrinovic (Kristof y Darjus), los Lorbek
(Erazem y Domen), los Morris (Marcus y Markieff, gemelos) o las gemelas Miller
(Coco y Kelly), y con anterioridad han destacado los Petrovic (Aleksandar y
Drazen), los Martín (Fernando y Antonio), los Jofresa (Rafa y Tomás), los
Angulo (Alberto y Lucio) o los Arcega (Fernando, José Ángel y Joaquín), entre
los más conocidos en nuestro país.
Las hermanas más mediáticas en la
actualidad son las Williams (Venus y Serena). El tenis también disfruta de otra
presencia muy mediática de hermanos, los gemelos Bryan (Bob y Mike), en la
categoría de dobles. En la actualidad, cabe destacar también a los hermanos
Murray (Andy y Jamie) y menos recientemente a los Safin (Marat y Dinara), los
Sánchez Vicario (Emilio, Javier y Arantxa) o los McEnroe (John y Patrick).
El ciclismo goza de incontables casos.
Actualmente los más conocidos son los hermanos Schleck (Andy y Frank), que
comparten carretera con los hermanos Chavanel (Sylvain y Sébastien), los Sagan
(Juraj y Peter), los Izagirre (Gorka e Ion), los Herrada (Jesús y José), los
Quintana (Nairo y Dayer). Con anterioridad se dieron los casos de los hermanos Induráin
(Miguel y Prudencio), los Jalabert (Laurent y Nicolas), los Beloki (Joseba y
Gorka), los Osa (Aitor y Unai), los González de Galdeano (Álvaro e Igor), los gemelos
Ochoa (Javier y Ricardo), los Gorospe (Julián y Rubén) o los Zberg (Markus,
Beat y Luzia), entre otros muchos, así
como las más conocidas sagas de los Merckx (Eddy y Axel) o de los Roche
(Stephen y Nicolas).
En el mundo del motor proliferan muchos
casos de hermanos y de sagas padre-hijo. Sin duda, en este campo, es más
importante la preparación a edades precoces que la genética. En la actualidad
los hermanos más famosos son los Márquez (Marc y Alex) y los Espargaró (Aleix y
Pol), y recientemente los Schumacher (Michael y Ralf) o los Aoyama (Hiroshi y
Shuhei). En cuanto a las sagas, las más destacables por logros son los Rosberg
(Keke y Nico), los Sáinz (Carlos y Carlos Jr.), los Verstappen
(Jos y Mas), los Piquet (Nelson y Nelsinho), los Nieto, (Ángel, Gelete y Fonsi,
padre, hijo y sobrino), los Hill (Graham y Damon), los Villeneuve (Gilles y
Jacques) o los Lampkin (Martin y Doug), entre innumerables casos.
En los deportes menos mediáticos,
igualmente la presencia de hermanos es muy habitual e incluso mayor, ya que estas modalidades deportivas suelen tener una competencia menos brutal. Entre los
más exitosos, tanto españoles como no, cabe destacar a los hermanos Entrerríos
(Alberto y Raúl) y a los Gille (Bertrand, Guillaume y Benjamin) en balonmano;
los Linares (Andreu y Joan) en fútbol sala; los López Zubero (David y Martín),
los Wildeboer (Aschwin y Olaf) y los Manaudou (Laure y Florent) en natación;
los Brownlee (Alistair y Jonathan) en triatlón; los Fernández Ochoa (Paquito y
Blanca) y los Kostelic (Janica e Ivica) en esquí, los Carballo (Jesús, Javier,
Manuel y Marta, hijos de Jesús Carballo) en gimnasia, los Manning (Peyton y
Eli, hijos de Archie) y los Barber (Ronde y Tiki) en fútbol americano o los
Molina (Bengie, Yadier y José) en béisbol.
Eso sí, más extraños son los
casos de hermanos que se dedican a un deporte distinto. Aparte de los hermanos
Llorente, (citados al principio), se puede destacar a los Sánchez (Pedro León y
Luis León, futbolista y ciclista respectivamente) y el hecho de que el
baloncestista Joakim Noah es hijo del que fuera tenista Yannick Noah.
Es difícil pensar que se puedan
crear campeones por combinación genética, aunque sí que habría muchas
posibilidades de crearlos si a una combinación genética se le uniese una fuerte
dedicación, algo que, sin duda, también es fundamental para triunfar en el
deporte de élite. En menos de una década podremos comprobar una buena prueba de
ello. Podremos comprobar si los hijos de Andre Agassi y Steffi Graf, (Jaden Gil
y Jaz Elle), logran destacar en tenis o en otro deporte, al fin y al cabo sus
padres no sólo llegaron a ser números 1 del mundo, (en el caso de Steffi Graff
durante 7 años), sino que estuvieron en lo más alto del tenis durante toda una
década.
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