lunes, 21 de septiembre de 2015

LA TEORÍA DEL COLOR

De mi primer año de Bachillerato tengo muchos recuerdos de la asignatura de Dibujo (Pretecnología) que nos daba una profesora bajita y algo encorvada de la que no recuerdo su nombre y a la que cruelmente apodamos “la doble” debido a su estatura y en alusiones a una regla de 20 centímetros (el doble decímetro) al que ella hacía alusión como prioritario para el desarrollo de la asignatura.

Recuerdo que realizamos muchas actividades de pintura y muy variadas, sobre todo con témperas, y también hicimos esculturas en barro ya al final del curso. Aunque no obtuve buenas notas en dicha asignatura, (tampoco malas), disfruté mucho de su asignatura, a pesar de que pintar con témperas me frustraba un poco ya que era algo torpe obteniendo colores secundarios o terciarios.

Esta frustración me venía provocada debido a que la metodología que utilizábamos para la consecución de colores secundarios o terciarios estaba basado en el famoso círculo cromático proveniente de la antigua Academia Francesa de Pintura basado en tres colores primarios (azul, amarillo y rojo), tres secundarios (verde, naranja y morado) y los distintos colores terciarios, junto con el blanco y el negro. Así, si mezclaba el azul con el rojo, en lugar de obtener el deseado color morado, obtenía un color gris oscuro, que en muy poco se parecía al morado que buscaba, que sí que lo hubiera conseguido si hubiese mezclado el azul claro con el rosa (o el magenta). Lo curioso es que esta metodología es correcta y mezclando pigmentos que reflejen estos colores pueden obtenerse todos los demás tonos.

Mediante esta citada metodología se obtienen los denominados colores pigmento o colores sustractivos, que son los colores basados en la luz reflejada de los pigmentos aplicados a las superficies u objetos, (ya que los objetos son del color del espectro de luz que reflejan, siendo el resto de espectros absorbidos por el objeto). Aunque originalmente estos colores eran el rojo, el azul y el amarillo, (modelo RYB), en la actualidad los colores empleados como primarios son el magenta, (rojo púrpura), el cian (azul claro) y el amarillo, siendo éstos los colores básicos de las tintas que se usan en la mayoría de los sistemas de impresión, motivo por el cual estos colores han desplazado en la consideración de colores primarios a los tradicionales. Es el denominado modelo CMY.

El blanco y el negro son llamados colores acromáticos, ya que los percibimos como "no colores". La mezcla de los tres colores primarios pigmento en teoría debería producir el negro, el color más oscuro y de menor cantidad de luz, por lo cual esta mezcla es conocida como síntesis sustractiva. En la práctica, el color así obtenido no es lo bastante intenso, motivo por el cual se le agrega negro pigmento. El blanco también se obtiene por pigmentación.

Sin embargo, los colores producidos por luces, (cine, televisión, pantallas, etc.), tienen como colores primarios, el rojo, el verde y el azul, (modelo RGB). La fusión de éstos crea y compone la luz blanca y con su ausencia se obtendría el negro. A esta mezcla se le denomina síntesis aditiva y las mezclas parciales de estas luces dan origen a la mayoría de los colores del espectro visible.


Modelo CMY y modelo RGB

Según los dos modelos ideales, ambos esquemas de color tienen una clara correspondencia, pues los colores secundarios del modelo RGB (basado en la luz) son los colores primarios del modelo CMY (basado en los pigmentos), y viceversa. Esto sería sobre la teoría, ya que en la realidad es casi imposible obtener pigmentos y luces totalmente puros. Cualquier mezcla, sin importar que sea sustractiva o aditiva, se convierte en una interferencia que será percibida como una falsa tonalidad por el ojo, y no un cambio real en la frecuencia de la luz.

Fue el científico inglés Isaac Newton quien en el siglo XVII tuvo las primeras evidencias de que el color no existe, al comprobar que la luz blanca se descomponía al pasar por un prisma de cristal en seis espectros de color según sus diferentes longitudes de onda, (rojo, naranja, amarillo, verde, azul y morado). Así pudo establecer que la luz blanca, presente en todas partes, está formada por "trozos" de luz de seis colores, y que cuando esa luz choca contra algún cuerpo, éste absorbe alguno de dichos trozos y refleja otros, por lo que los colores reflejados por el objeto son los que conformarán el color del objeto, (en función de la mezcla de los colores que refleje), según lo percibimos con nuestro sentido de la vista.

Aunque, en su momento, mi principal escollo creía que era la obtención de los colores exactos que quería plasmar en las pinturas, con el tiempo me he dado cuenta de que el problema es que mis habilidades para la pintura no son capaces de obtener las formas exactas y si lo logran no consiguen obtener el exacto color de los reflejos de luz. Pintar una fruta o una estela sobre una superficie líquida y que parezcan reales es algo que ya no me propongo desde hace tiempo por considerarme inepto para dicho menester.

Afortunadamente para mí, la pintura realista ha perdido muchos enteros en pos de la fotografía artística y la pintura no realista tiene una gran cantidad de géneros mediante el cual expresar, por ejemplo, lo torpe que es uno plasmando imágenes reales.