jueves, 9 de abril de 2015

LA GENÉTICA DEL DEPORTE

Recuerdo un debate recurrente que tenía con mis compañeros de piso en época universitaria acerca de ciertas manifestaciones que hacían algunos futbolistas donde insistían en que el futbolista nace y no se hace. Yo no estaba muy de acuerdo con ello, pues aunque la genética era bastante importante para la práctica de ciertos deportes y fundamental para otros, pensaba que en el fútbol no lo es todo la genética, sino que también se podía trabajar ciertos aspectos importantes que se ha de tener para llegar a ser un futbolista profesional, ya que el fútbol es deporte pero también se necesita del dominio del balón y del juego.

Con la irrupción de los hermanos Llorente, (Julio, Paco, José Luis y Toñín), los dos primeros futbolistas y los otros dos baloncestistas, (los cuatro eran sobrinos de Paco Gento), se zanjó el debate, pues era bastante difícil de argumentar por mi parte que dicha circunstancia no se debiese a condiciones genéticas.

Es evidente que el entrenamiento y la dedicación son imprescindibles para triunfar en el deporte pero, desde luego, la genética juega un papel fundamental, que no excluyente, salvo en ciertos deportes donde es primordial.

En fútbol, que es un deporte donde creo que la genética no es tan fundamental, es muy habitual la presencia de hermanos. Actualmente, los hermanos Boateng (Kevin-Prince y Jerome), los Alcántara (Thiago y Rafinha, hijos de Mazinho) y los Touré (Kolo y Yaya), son los más significativos, aunque también hay que destacar a los Higuaín (Gonzalo y Federico, hijos de Jorge Higuaín), los Milito (Gaby y Diego), los Callejón (Jose y Juanmi), los Alonso (Xabi y Mikel, hijos de Perico Alonso), los Negredo (Álvaro, Rubén y César), los Baraja (Rubén y Javier), los Ñíguez (Aaron, Saúl y Jony), los Da Silva (Fabio y Rafael), los Fernández (Nacho y Álex) o los gemelos Bender (Lars y Sven).

Igualmente, en las últimas décadas se han dado los conocidos casos de los hermanos De Boer (Frank y Ronald, gemelos), los Neville (Gary y Phil), los Hierro (Manolo y Fernando), los Guerrero (Julen y José Félix), los López (Sergi y Gerard), los García Junyent (Óscar, Roger y Genis), los González (Fran y José Ramón), los mellizos Barros Schelotto (Guillermo y Gustavo), los Helguera (Iván y Luis), los Maradona (Diego Armando, Lalo y Hugo), los Bakero (José Mari y Santi), los Witschge (Rob y Richard), los Koeman (Ronaldo y Erwin), los Pérez Muñoz (Alfonso e Iván), los Baresi (Giuseppe y Franco), los Ferdinand (Rio y Anton), los Rummenigge (Karl-Heinz y Michael), los Larráinzar (Txomin e Iñigo), los Ablanedo (José Luis y Juan Carlos), los Mejías (Pepe y Salvador), los Rojo (Txetxu y José Ángel) o los Castro (Quini y Jesús). Y más atrás, cabe destacar, como más significativos, a los Van de Kerkhof (René y Willy, gemelos de la Holanda del 74), los Charlton (Jack y Bobby, en los años 60) o los Regueiro (Pedro y Luis, en los años 30).

En el fútbol también se han dado muchos casos de futbolistas profesionales que son hijos de otros futbolistas profesionales. Los casos más destacados son los Cruyff (Johann y Jordi), los Maldini (Cesare y Paolo), los Sanchís (Manolo y Manolo), los Reina (Miguel y Pepe), los  González (Míchel y Adrián), los Busquets (Carlos y Sergio), los Verón (Juan Ramón y Juan Sebastián), los Suárez (Cundi y Rubén), los Ríos (Eusebio y Roberto) o los Cherishev (Dmitri y Denís), aparte de los ya comentados anteriormente, (los Alcántara, los Alonso o los Higuaín).

Quizás los hermanos más conocidos del deporte masculino mundial actual pueden ser los hermanos Gasol (Pau y Marc), estrellas en la NBA, liga en la que ha habido 60 casos de hermanos en toda su historia. Sin duda, el baloncesto es un deporte donde la genética es algo fundamental y, por lo tanto, se han dado múltiples casos de hermanos que han destacado. En la actualidad cabe destacar a los Reyes (Alfonso y Felipe), los Fernández (Rudy y Marta), los Lavrinovic (Kristof y Darjus), los Lorbek (Erazem y Domen), los Morris (Marcus y Markieff, gemelos) o las gemelas Miller (Coco y Kelly), y con anterioridad han destacado los Petrovic (Aleksandar y Drazen), los Martín (Fernando y Antonio), los Jofresa (Rafa y Tomás), los Angulo (Alberto y Lucio) o los Arcega (Fernando, José Ángel y Joaquín), entre los más conocidos en nuestro país.

Las hermanas más mediáticas en la actualidad son las Williams (Venus y Serena). El tenis también disfruta de otra presencia muy mediática de hermanos, los gemelos Bryan (Bob y Mike), en la categoría de dobles. En la actualidad, cabe destacar también a los hermanos Murray (Andy y Jamie) y menos recientemente a los Safin (Marat y Dinara), los Sánchez Vicario (Emilio, Javier y Arantxa) o los McEnroe (John y Patrick).

El ciclismo goza de incontables casos. Actualmente los más conocidos son los hermanos Schleck (Andy y Frank), que comparten carretera con los hermanos Chavanel (Sylvain y Sébastien), los Sagan (Juraj y Peter), los Izagirre (Gorka e Ion), los Herrada (Jesús y José), los Quintana (Nairo y Dayer). Con anterioridad se dieron los casos de los hermanos Induráin (Miguel y Prudencio), los Jalabert (Laurent y Nicolas), los Beloki (Joseba y Gorka), los Osa (Aitor y Unai), los González de Galdeano (Álvaro e Igor), los gemelos Ochoa (Javier y Ricardo), los Gorospe (Julián y Rubén) o los Zberg (Markus, Beat  y Luzia), entre otros muchos, así como las más conocidas sagas de los Merckx (Eddy y Axel) o de los Roche (Stephen y Nicolas).

En el mundo del motor proliferan muchos casos de hermanos y de sagas padre-hijo. Sin duda, en este campo, es más importante la preparación a edades precoces que la genética. En la actualidad los hermanos más famosos son los Márquez (Marc y Alex) y los Espargaró (Aleix y Pol), y recientemente los Schumacher (Michael y Ralf) o los Aoyama (Hiroshi y Shuhei). En cuanto a las sagas, las más destacables por logros son los Rosberg (Keke y Nico), los Sáinz (Carlos y Carlos Jr.), los Verstappen (Jos y Mas), los Piquet (Nelson y Nelsinho), los Nieto, (Ángel, Gelete y Fonsi, padre, hijo y sobrino), los Hill (Graham y Damon), los Villeneuve (Gilles y Jacques) o los Lampkin (Martin y Doug), entre innumerables casos.

En los deportes menos mediáticos, igualmente la presencia de hermanos es muy habitual e incluso mayor, ya que estas modalidades deportivas suelen tener una competencia menos brutal. Entre los más exitosos, tanto españoles como no, cabe destacar a los hermanos Entrerríos (Alberto y Raúl) y a los Gille (Bertrand, Guillaume y Benjamin) en balonmano; los Linares (Andreu y Joan) en fútbol sala; los López Zubero (David y Martín), los Wildeboer (Aschwin y Olaf) y los Manaudou (Laure y Florent) en natación; los Brownlee (Alistair y Jonathan) en triatlón; los Fernández Ochoa (Paquito y Blanca) y los Kostelic (Janica e Ivica) en esquí, los Carballo (Jesús, Javier, Manuel y Marta, hijos de Jesús Carballo) en gimnasia, los Manning (Peyton y Eli, hijos de Archie) y los Barber (Ronde y Tiki) en fútbol americano o los Molina (Bengie, Yadier y José) en béisbol.

Eso sí, más extraños son los casos de hermanos que se dedican a un deporte distinto. Aparte de los hermanos Llorente, (citados al principio), se puede destacar a los Sánchez (Pedro León y Luis León, futbolista y ciclista respectivamente) y el hecho de que el baloncestista Joakim Noah es hijo del que fuera tenista Yannick Noah.

Es difícil pensar que se puedan crear campeones por combinación genética, aunque sí que habría muchas posibilidades de crearlos si a una combinación genética se le uniese una fuerte dedicación, algo que, sin duda, también es fundamental para triunfar en el deporte de élite. En menos de una década podremos comprobar una buena prueba de ello. Podremos comprobar si los hijos de Andre Agassi y Steffi Graf, (Jaden Gil y Jaz Elle), logran destacar en tenis o en otro deporte, al fin y al cabo sus padres no sólo llegaron a ser números 1 del mundo, (en el caso de Steffi Graff durante 7 años), sino que estuvieron en lo más alto del tenis durante toda una década.

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