miércoles, 13 de septiembre de 2017

EL CAMPEÓN DE EUROPA

De niño, tenía la idea de que el que ganaba la Copa de Europa había sido el mejor equipo de Europa ese año y que ciertos equipos que habían logrado ganarla durante varios años consecutivos, habían sido equipos invencibles. Por ese motivo, tenía mitificados a equipos a los que no llegué a ver, como el Real Madrid de Di Stéfano, el Ajax de Cruyff y el Bayern de Beckenbauer, por ganar dicha competición varios años de manera consecutiva, (cinco el Real Madrid, tres el Ajax y el Bayern). Sin embargo, después de ver partidos de esas épocas y de analizar esos años con profundidad, resulta que no fueron equipos tan invencibles como parecían haber sido, pues el Real Madrid de Di Stéfano sólo ganó dos de las cinco ligas en las que fue campeón de Europa y el Bayern de Beckenbauer sólo ganó una de las tres ligas. El Ajax no ganó la liga de 1971 a pesar de que la liga holandesa prácticamente es una competición de tres, pero es que el Feyenoord de principios de los 70 era un equipo muy potente que fue campeón en 1970.

Hasta 1998, la Copa de Europa (ahora Liga de Campeones) a pesar de ser el torneo más prestigioso de Europa y del mundo, sólo permitía la participación de un equipo por país (el campeón de liga de la temporada anterior) lo que no garantizaba que fueran los mejores equipos de la temporada en curso. Cuando terminaba la competición, quien la ganaba recibía el título de campeón de Europa, pero no siempre se daba el caso de que quien ganaba era el mejor equipo de Europa en ese año, sino más bien los casos en los que ha ocurrido eso han sido pocos. Sólo 29 de los 62 campeones fueron capaces de ganar su liga nacional el año que ganaron la Copa de Europa, lo que supone el 46,77% y eso que ha habido hasta 12 campeones provenientes de ligas menores o menos competidas, donde el número de aspirantes al título de liga se reduce a poco más de tres equipos, como sucede en las ligas holandesa, portuguesa, escocesa, rumana o yugoslava. Además, esta estadística se ha visto mejorada notablemente durante los últimos años, (desde que es Liga de Campeones) pues llegó a ser de escasamente el 33% en los años 80. Ser el mejor de Europa sin ser el mejor de tu país ya es un principio de controversia importante.

Todo esto se debe, tal y como he comentado, a que los equipos que competían cada año eran los campeones nacionales del año anterior, por lo que la mayoría de las ediciones de la Copa de la UEFA contaba con un cartel de equipos en liza mucho más potente que la Copa de Europa. Por este motivo, en la mayoría de las ediciones el mejor equipo del año no solía hacerse con la Copa de Europa. Además, al tratarse de una competición corta, mediante eliminatoria directa por sorteo puro sin cabezas de serie, el azar jugaba una baza muy importante en la resolución de los campeonatos. Por todo ello, se han plantado en la final o en las semifinales muchos equipos con un nivel mucho más bajo de lo que exigiría una competición de esta categoría y algunos de los campeones no lograron ni siquiera quedar entre los cinco mejores equipos de su país en el año que fueron campeones de Europa, como sucedió con el Bayern en 1975 que acabó 10º, el Aston Villa en 1982 que acabó 11º, y la Juventus en 1985 y el Chelsea en 2012 que acabaron sextos.

La Copa de Europa de clubes fue creada en 1955 por la UEFA, a partir de una propuesta del diario francés L’Équipe, que pretendía crear una competición a nivel europeo para poder designar de una manera oficial al mejor club de Europa. En esos momentos se diputaban dos competiciones a nivel europeo, la Copa Latina (desde 1949) y la Copa Mitropa (desde 1911 pero de manera discontinuada). La Copa Latina enfrentaba en una final a cuatro a partido único a los campeones de las ligas española, portuguesa, francesa e italiana, jugándose en la misma temporada en la que los equipos se habían proclamado campeones de liga y poco después de que dichas ligas finalizaran, por lo que al campeón de dicha competición sí que se le podía considerar como el mejor equipo latino del año, de no ser por la salvedad de que se jugaba a partido único (semifinales y final) y uno de los cuatro equipos participantes era el anfitrión por lo que partía con ventaja. La Copa Mitropa era disputada por equipos de diferentes ligas de Europa Central (Austria, Checoslovaquia, Hungría, Italia, Yugoslavia, Rumanía…), siendo muy prestigiosa hasta el comienzo de la II Guerra Mundial.

La propuesta del diario L’Équipe surgió como respuesta a los ecos de un partido disputado en Inglaterra el 13 de Diciembre de 1953 entre el Wolverhampton Wanderers (por aquel entonces líder la liga inglesa) y el Honved de Budapest, que estaba integrado por la práctica totalidad de la selección húngara que era la máxima favorita para llevarse el Mundial de Suiza 54 y que acababa de humillar a la selección inglesa, a la que había vencido 3-6 en Wembley y 7-1 en Budapest. Aquel partido disputado en el estadio Molineux de Wolverhampton acabó con victoria local por 3-2 y sirvió para resarcir el honor inglés y para que la prensa inglesa proclamara al Wolverhampton Wanderers como mejor equipo del Mundo.

Como se quería saber quién era el mejor equipo de Europa, se ideó una competición corta en la que participasen todos los campeones nacionales mediante el método de eliminatoria directa por sorteo puro. Sin embargo, en la primera edición sólo participaron los 16 equipos que la UEFA invitó en reconocimiento por su implicación para organizar este torneo, habiendo sólo ocho campeones nacionales. No participaron ninguno de los dos equipos que disputaron el partido que provocaron su creación. La asociación de fútbol inglesa (FA) no permitió la participación de ningún equipo inglés, por lo que ni Chelsea (campeón) ni Wolverhampton (subcampeón) pudieron participar. Por su parte el Honved de Budapest tampoco lo hizo, a pesar de ganar la liga húngara, ya que el representante húngaro invitado por la UEFA fue el Voros Lobogo (actual MTK Budapest). Así, la final de la primera edición de la Copa de Europa enfrentó a Real Madrid y Stade de Reims, siendo una reedición de la final de la Copa Latina del año anterior.

La Copa de Europa suele ser una competición corta a eliminatoria directa, por lo que se dan paradojas de que muchos campeones tengan unas estadísticas muy pobres y otros equipos con estadísticas más brillantes se quedan en el camino. Pasa también con el Mundial de Selecciones, donde no se pretende conocer quién es el mejor equipo de todos, sino que se pretende realizar un torneo de alto nivel donde participen los mejores (que en caso de la Copa de Europa son los mejores del año anterior). Precisamente, esos campeonatos cortos, a eliminatoria directa y a partido único, han provocado que selecciones que marcaron una época como Hungría en 1954, Holanda en 1974 y 1978 (que perdió ambas finales frente a los anfitriones) y Brasil en 1982 no se hayan podido proclamar campeones aun siendo equipos notablemente superiores al resto. En estas competiciones, nunca se ha pretendido saber quién es el mejor equipo sino que se ha pretendido crear un torneo corto entre los mejores a eliminatoria directa. Si se hubiese querido saber quién es el mejor de Europa, (o del Mundo en el caso de selecciones nacionales) se hubiera creado un formato de liga, pero eso ya va en contra de los intereses de las propias federaciones que forman la UEFA.

En la Copa Europa, al igual que en los citados mundiales, se han dado paradojas muy significativas con equipos que han ganado la Copa de Europa en la misma temporada en la que han acabado su liga doméstica a una distancia enorme del campeón. Así, en 1956 el Real Madrid acabó a 10 puntos del Athletic de Bilbao, en 1975 el Bayern quedó 10º a 16 puntos del Borussia Monchengladbach y en 1980 el Nottingham Forest acabó a 12 puntos del Liverpool. Con la instauración de los tres puntos por victoria, en 1982 el Aston Villa quedó 11º en la liga inglesa a 30 puntos del Liverpool, en 1989 el Milán acabó a 12 puntos del Inter, en 1998 el Real Madrid acabó a 11 puntos del Barça, en 2003 el Milán acabó a 11 puntos de la Juventus a la que venció en la final en la tanda de penaltis, en 2005 el Liverpool acabó a 37 puntos del Chelsea, en 2007 el Milán acabó a 26 puntos del Inter y en 2012 el Chelsea acabó a 25 puntos del Mánchester City. En el caso de haber existido una liga europea, el palmarés habría cambiado notablemente y se parecería más bien poco al palmarés de la Copa de Europa. Además, equipos como el Honved de Budapest, el Atlético Madrid, la Fiorentina, el Borussia Monchengladbach o el Everton, que nunca triunfaron en la máxima competición europea, podrían haberse proclamado campeones en alguna de sus ediciones. Algo que dudosamente hubieran conseguido otros equipos que sí lograron proclamarse campeones alguna vez como Steaua de Bucarest, Oporto, PSV Eindhoven o Estrella Roja de Belgrado.

Sin duda, una liga europea hubiera resuelto ese dilema de saber quién es el mejor o quiénes son los mejores equipos del año, aunque una competición corta a eliminatoria directa es más espectacular y hace que equipos menos fuertes tengan más posibilidades de ganar. Con la creación de la Liga de Campeones y la progresiva concentración de poder económico en un número cada vez más reducido de equipos, se está provocando que las ligas domésticas sean más desiguales y pierdan interés. No promover la creación de una liga europea es una pérdida de oportunidad que cada vez tiene menor sentido, más aún con la desigualdad reinante en las primeras fases del torneo más importante del mundo, que es la Liga de Campeones.

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